El pasado 30 de noviembre Alejo GIampieri (13) sorprendió a todos los presentes de la expo Ciudad Educadora que se realizaba en el Superdomo, cantando “'O sole mio”. Recibió aplausos y las felicitaciones de los allí presentes pero también distintas propuestas para cantar en otros escenarios.

No es común encontrar este tipo de voces y menos a un adolescente cantando una ópera popular. Sin embargo, en la escuela de canto El Faro existen otros casos de pequeñas grandes voces que apuestan y se perfeccionan en el canto lírico con el sueño de vivir de su pasión: el canto.

Otro alumno de la institución, Francisco Ercole, con apenas 17 años y gracias a su enorme talento, fue convocado para representar a la ciudad en la Embajada Cultura Argentina que viajó a Centroamérica en 2016.

“Es mínimo el caso de los chicos que se vuelcan al canto lírico”, asegura la docente Rossana Pampiglione, que se muestra orgullosa de trabajar con estas “dos joyas”.

Un enamorado de la ópera

Alejo Giampieri comenzó a estudiar canto a los cuatro años, casi como un juego. Ya a los 10 se animó a un tema de ópera popular y desde entonces se enamoró del estilo.

Si bien canta un amplio repertorio de canciones populares lo que más le interesa es el canto lírico y sus ramificaciones, la ópera.

“Me gusta el estilo de los cantantes de ópera, cómo se expresan, las letras, algunas son un poco fuertes pero me encanta ver cómo las interpretan. Me gusta la ópera italiana, como voy a la escuela bilingüe, la entiendo y la puedo cantar. Soy un admirador de Luciano Pavarotti y Andrea Bocceli”, cuenta Alejo.

Aunque el chico reconoce que la ópera no es para cantar todos los días. “Te puede traer problemas, además que te agota bastante. Por eso yo canto ese estilo dos veces a la semana. Pero después estoy todos los días cantando”, sostiene.

En este sentido Rossana sabe que debe cuidar a Alejo: “Está incursionando en la ópera, él es chiquito y hay que tener cuidado para adaptar los registro vocales para que no le traigan problema. Él es chico y todavía su voz va a tener cambios, así que hay que guiarlo”, comenta.

De embajador a probar suerte a Buenos Aires

Francisco también canta desde pequeño y nunca dejó de capacitarse y estudiar. Esto lo llevó a representar a la ciudad internacionalmente. Ahora este joven se está preparando para distintas audiciones y de esta manera seguir su carrera en Buenos Aires.

“Me gusta mucho la música internacional y la comedia musical. El canto lírico tiene que ver con esa forma de trabajar y estoy preparando unas canciones para el ingreso del año que viene para la Universidad Nacional de Arte en Buenos Aires. Mi idea es seguir perfeccionándome”, reconoce Francisco.

Para su ingreso está preparando tres en distintos idiomas -francés, italiano y alemán-, lo que demuestra el amplio estudio del joven cantante.

¿Qué se imaginan haciendo en el futuro?

Alejo: “Me gustaría seguir con el canto lírico, me imagino llegando a las personas a través de las canciones. Para mí la música es un juego lindo que te llena de alegría y podés compartir con la gente para dejar un mensaje. Siempre canto y me llena de felicidad cantar”.

Francisco: “Me imagino cantando comedia musical en los teatros, es a lo que aspiro. Para mí la música es un lenguaje universal, cantando lo que sea, si sabés llegarle a la gente, te va a entender lo que querés transmitir”.

Dos hallazgos

Según la docente Pampiglione apenas comenzó con su institución llegó a contar con unos 40 alumnos vinculados al canto lírico. “Era gente que lo veía con algo exótico, también coincidió con una etapa del coro polifónico muy fuerte. Pero eso fue decantando hacia el canto popular y para mí, hoy es un hallazgo maravilloso tener a estos pequeños haciendo canto lírico”, subraya.