Karina Ferrero (32) llega de uno de sus trabajos, saluda a sus pequeños hijos y empieza repasar los pedidos que tiene que repartir más tarde en su bicicleta en su emprendimiento propio de venta de productos de limpieza, los cuales promociona por Facebook. 

Esta mujer, empleada doméstica, madre de cuatro niños de 13, 10, 6 y un año y, también cantante de un dúo los fines de semana, no descansa en pos de conseguir su sueño: prosperar y tener un local propio.

Por lo pronto, “Kati”, como también la conocen, con mucho esfuerzo pedalea cada día por las calles de San Francisco y Frontera para llegar a cada cliente que lo requiere con una lavandina, un suavizante o un detergente, según le pidan.

Claro que para ser una mamá tan ocupada necesita de un equipo que la sostenga y le dé una mano para afrontar las vicisitudes de la vida. Y para ella lo son sus niños: “Los chicos me ayudan mucho, el más grande sabe hacer de comer y se encarga cuando yo no estoy. Y también de la bebé, nos ayudamos entre todos, somos un gran equipo”, sostiene orgullosa.

De todos modos, Ferrero asume que debido a la situación que atraviesan debió enseñarles a sus hijos a crecer más aceleradamente, pese a su corta edad: “La situación me pone sensible… (dice sin poder evitar el llanto); es muy duro vivir de esta forma, ser mamá, tener cuatro hijos, que uno va a rugby, otro a scout, dividirse… y tenés que enseñarles cosas para la vida siendo tan chicos. Hoy me pongo a ver y me siento orgullosa, los veo y son todo para mí”, resalta.

La familia unida. Kati junto a sus hijos.
La familia unida. Kati junto a sus hijos.

Tener su negocio

Karina vive en barrio Hospital junto a sus cuatro hijos. Aunque explica que los padres (los tuvo en dos parejas diferentes) ayudan, ella es quien los cría cada día. Su hija más pequeña nació en medio de la pandemia, momentos en que debió dejar de hacer algunos trabajos. 

Debido a este escenario, cuenta que un amigo (Vitín Ocaño) le dio una mano grande y empezaron con la venta de productos de limpieza: “Empezamos a hacerlo entre los dos, pero me lo terminó dejando porque estaba mal económicamente. Con esto de la cuarentena tuve la bebé y dejé varios trabajos y esto me dio un empujón grande para darle de comer a mis hijos. Y eso para mí es un montón”, define. 

Diariamente lleva pedidos a diferentes sectores de la ciudad y también de Frontera, sin importar que haga frío, mucho calor, llueva o truene. Ella toma su bicicleta y cumple: “Me tocó llevar un pedido al barrio Eva Perón (Frontera) y luego me avisan para llevar otro a una casa cerca de la cárcel, de una punta a la otra recorro. Ando con una, dos y hasta tres mochilas colgadas bajo la lluvia, con frío; no me importa el horario y si tengo que salir a la noche lo hago porque es mi trabajo, lo hago con mucha alegría porque sé que le doy de comer a mis hijos”, indica.

El negocio propio

Sin embargo, Kati entre cada pedaleada en su bicicleta avanza hacia un sueño: “Quisiera tener algo más grande, sueño con mi propio negocio, estar con ellos (por sus hijos) y no tener que dejarlos tanto tiempo solos”, anhela.

Ferrero además integra un dúo musical con una amiga (Tati Duarte), el que los fines de semana brinda shows de cuarteto y cumbia en comedores, cumpleaños y otros eventos.

“Siempre de chica la remé, a mí me enseñaron de esfuerzo como yo le enseño a mis hijos. Capaz otro nene de 13 años no crece de golpe como crecen los míos. Pero es lo que me toca y me siento afortunada de salir adelante”, recalca Kari.

Contacto

Para contactar a Karina se la puede llamar al 3564 576071.