“Muchas mujeres todavía tienen vergüenza y temor de hacer la denuncia o contar lo que padecieron durante años. Es que buena parte de la sociedad pareciera que señala con el dedo a las víctimas de violencia de género y no al violento, al agresor”, comenzó diciendo Sandra en su charla con El Periódico Radio FM 97.1.

Cualquiera que habla con esta mujer, fuerte, frontal, presidente de la Asociación Civil Mujeres con Oficio, le pareciera impensado que pudo haber sido sometida, maltratada y hasta con golpes que le desfiguraron su cara por parte de un hombre con el que salió durante un tiempo.

Lo mismo sucede con Romina. Tal vez una de las primeras mujeres de San Francisco que se desempeña como albañil, con mucha fuerza y una personalidad a primera vista ruda. Sin embargo, cuando empezó la charla, de solo escuchar a su compañera, no tardó en quebrarse, evidenciando que lo que había vivido durante mucho tiempo fue una verdadera tortura.

Hoy con el paso del tiempo, las dos mujeres lograron sanar sus heridas, físicas, psicológicas y emocionales, y atraviesan un buen presente. Por eso animan a contar parte de lo vivido para incentivar a otras mujeres a animarse a salir de ese infierno: la violencia de género.                             

Sandra, referente de Mujeres con Oficio

Sandra Bulacio (49) es la actual presidente de la Asociación Civil Mujeres con Oficio desde donde capacitan a mujeres en distintos rubros, que históricamente fueron mal catalogados solo para hombres, como albañilería, colocación de durlock, electricidad, plomería, entre otros.

Pero en esta oportunidad, busca aportar en el marco de “Los 16 días de Activismo Contra la Violencia hacia las Mujeres”, narrando su testimonio de lo que le tocó atravesar años atrás.

“Hace algunos años compartí una foto impactante en las redes sociales donde aparecía muy golpeada, con el rostro desfigurado. En ese momento tuve la necesidad de contarlo y adherir a la lucha desde ese lugar”, expresó la docente del nivel secundario.

Mujeres de San Francisco cuentan su historia de violencia para ayudar a otras víctimas a escapar de ese infierno

En esa imagen Sandra mostraba cómo un hombre con el que salió un tiempo le golpeó brutalmente en el marco de una escena de celos. La mujer comentó que pese a realizar la denuncia el agresor jamás fue detenido.

“Este hombre es muy conocido en la ciudad, no fue preso porque no tenía antecedentes. Había sido violento con su ex esposa pero ella nunca lo denunció”, relató.

Sandra es docente y cada uno de sus alumnos saben esa historia. "Esto acerca a los chicos a esa realidad que muchas veces suceden en muchas casas. También es para que les quede en claro que les puede suceder a ellos y de la violencia es algo de lo que hay que hablar”, remarcó la mujer que hoy está felizmente casada con otra pareja.

En este sentido, sobre su actualidad, al frente de la Mujeres con Oficio, indicó: “No es casualidad que haya creado esta asociación. Somos producto de lo que vamos pasando y en algún punto uno quiere acompañar a otras mujeres que están atravesando situaciones como a lo mejor la pasé yo. También a que puedan capacitarse y pensar que pueden hacer cualquier tipo de trabajo”, sostuvo.

A la vez, destacó que en la actualidad se encuentra muy bien con su actual pareja, con su hijos y nietos: “Estoy muy bien, tengo mi familia, mi trabajo como docente y estoy haciendo un doctorado en educación. Pero en algún momento estuve muy mal y eso me hace pensar que todas las mujeres pueden salir adelante”.

Existen varios tipos de violencia

Si bien estos casos que se presentan para concientizar, la realidad es que en muchas familias las mujeres atravesaron distintos tipos de violencia, y no necesariamente física. Existen también violencia económica, simbólica y psicológica.

En su experiencia, Sandra, lo refleja al mencionar que en su primer matrimonio también atravesó distintos tipos de violencia de género pero que en ese momento no era consciente de ello.

“En mi primer matrimonio donde estuve 15 años casada pasé distintos tipos de violencia. En ese tiempo, no teníamos conciencia como ahora que hay muchos tipos de violencia económica, psicológica, simbólica”, dijo.

En este sentido mencionó que hay muchas mujeres que atraviesan algún tipo de sometimiento y no se dan cuenta: “Se les hace tan común estar en esa situación que la otra persona te trate como una basura, que no te respete, que no te valore, y no lo visibilizan como violencia y te deja una marca que cuesta muchísimo trabajo sanar”.

Mujeres de San Francisco cuentan su historia de violencia para ayudar a otras víctimas a escapar de ese infierno

Romina vivió un calvario

Romina Bermúdez (35) es otra de las mujeres que atravesó un proceso de violencia de género muy grave del cual le costó mucho salir pero pudo lograrlo. Además hace pocos meses fue noticia por ser una de las pocas mujeres en desempeñarse como albañil en San Francisco tras capacitarse en Mujeres con Oficio.

“Costó mucho pero logré salir. Hoy en día puedo decir que soy el pilar de mis hijos, de mi casa y gracias a Mujeres con Oficio estoy trabajando”, expresó entre lágrimas mostrando el orgullo de haber salido de ese sometimiento.

Tras varios hechos de violencia, la mujer se animó a denunciar a su última pareja: “Dios me ayudó a ser fuerte en un momento y pude denunciar porque a esta persona no la llevaron presa, pero lo sacaron de casa. Luego regresaba pese a la orden de restricción hasta que lo detuvieron”, contó.

Además, continuó diciendo que al poco tiempo salió en libertad y volvió a molestar por lo que tras la denuncia fue aprehendido otra vez.

“Por poco no me mata”

Además de incentivar a otras mujeres a denunciar e independizarse de los violentos, Romina también se animó a contar algunos de los hechos más graves que padeció con su primera pareja; cuando este la golpeó, la roció con agua caliente y la apuñaló dos veces.

“Con mi primera pareja, el padre de mis hijos, también fui víctima de graves heridas. Una de las últimas veces fue porque él quería que mis hijos vayan a pedir a la calle y yo me opuse”, recordó con mucha angustia.

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“Me pegó cuando yo estaba calentando la pava para hacerle la leche a mi bebé más chico. Pero no solo eso, agarró la pava y me la echó encima, me quemó parte de la cara, oreja y brazo”, describió la mujer.

Pese a las heridas, gracias a un tratamiento y la ayuda de otras personas pudo recuperarse.

Allí fue cuando separó definitivamente y tuvo que volver a la casa de su madre. Sin embargo, a los pocos días, Romina se cruzó con su ex pareja en un boliche, donde el hombre le clavó dos puñaladas, una en la espalda y otra en el cuello.

“Me iba a matar, pero en ese momento apareció un hombre y me ayudó. La tercera puñalada la recibió ese hombre en el brazo”, relató Bermúdez,  y recordó que recién tras este terrible episodio, la Policía lo detuvo y lo dejaron dos años detenidos por “lesiones leves”.

“Casi me mata pero para la justicia solo fueron lesiones leves”, indicó la mujer.

Por último, destacó que está estudiado en la escuela EMPA nocturna y le “está yendo muy bien”. A la vez agradeció a las integrantes del Proyecto Pulguita porque le ayudaron muchas veces para salir del calvario.

Se puede salir

Tanto Sandra como Romina coincidieron en que si bien cuesta mucho escapar de una relación tóxica y cargada de violencia de género, sí se puede salir y sanar.

“Mucha gente ve que hay mujeres que son víctimas de violencia de género y al poco tiempo vuelven. Pero es todo un proceso poder salir, porque estar al lado de una persona que te daña es un proceso que lleva tiempo”, dijo Sandra.

Las mujeres resaltaron que la posibilidad de tener un trabajo ayuda mucho, porque logra la autonomía de la persona y no tiene que depender del otro para subsistir.

“Pasé muchísimas cosas feas, pero gracias a Dios pude salir. Hoy estoy super feliz, haciendo otro tipo de vida, yo tengo trabajo y mis hijos están bien”, indicó Romina.