“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”, hoy más que nunca el histórico verso del gaucho Martín Fierro de José Hernández cae al pie de la letra para destacar la historia de amor y fortaleza de tres hermanitos de San Francisco que lucharon para permanecer juntos pese a tener que atravesar las más duras circunstancias de la vida.

Seguramente estos tres pequeños de 6, 9 y 11 años no conocen la frase, pero sí que le hicieron honor. Su amor de hermanos hizo que el sistema judicial, con el gran aporte de una valiente pareja de Río Cuarto, comprendieran que ellos, pese a quedarse sin sus padres biológicos por diferentes motivos, querían seguir juntos. Cueste lo que cueste.

“Más allá de que estuvieron viviendo en lugares distintos con algunos familiares o en hogares de tránsito, hay algo que los unió siempre; el amor y las ganas de estar juntos”, remarcó el juez de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil de San Francisco, Andrés Peretti.

“Nuestra vida cambió completamente, pasamos de ser una pareja sola a tener la casa llena de chicos, ropa, y desafíos nuevos todos los días. Pero después de tanta espera, cada vez que nos dicen papá y mamá nos emocionamos”, comentaron los flamantes padres, que atraviesan por el proceso final de la adopción.

El proyecto de ampliar la familia

Mariana Santa (42) y Diego Ferrari (45) son una pareja de Río Cuarto que como tantas otras iniciaron el proyecto de tener hijos por adopción, dado que biológicamente no pueden concretarlo. “La decisión de adoptar estuvo desde mucho antes de estar juntos. Al unirnos nos anotamos”, recordaron.

Tras una dura historia, tres hermanitos de San Francisco son adoptados por una pareja de Río Cuarto

Para esta pareja fueron cinco años de espera. Primero se registraron con el fin de adoptar un bebé, pero al no tener noticias, decidieron ampliar la edad y la cantidad.

“Fuimos hablando con personas que estaban en la misma situación y empezamos a ampliar las edades a medida que pasaban los años”, explicó Diego a El Periódico Radio FM 97.1, y agregó que hasta llegaron a pedir por hermanitos, incluso si tenían algún tipo de discapacidad, porque realizaron un curso de lengua de señas para estar preparados.

Y un día llegó el llamado tan especial: “Un día nos llamaron para tener la primera entrevista y fue una emoción muy grande. En ese momento no lo esperábamos, dado que ya habíamos perdido la esperanza. Tuvimos cuatro entrevistas virtuales con el equipo técnico de Córdoba capital”.

Luego contaron que a la quinta entrevista a mediados de este año les dijeron que había una posibilidad de poder adoptar a tres hermanitos dado que ellos querían estar juntos. “Los dos inmediatamente dijimos que sí”, destacaron.

Tuvieron algunos días para pensarlo porque en el medio estuvo la feria judicial, sin embargo, en ningún momento lo dudaron: “Estuvimos analizando todos los pro y contra con la situación económica y tiempos, pero así y todo decidimos aceptar la oportunidad”, dijo Diego.

A los pocos días recibieron la citación del Juzgado de San Francisco para una entrevista con el juez Andrés Peretti, pero lo que no sabían es que ese sería el primer encuentro con sus hijos.

“Entramos a hablar con el juez y tras la entrevista nos dijo, ‘ahora los van a conocer´. Nos sorprendió mucho porque no lo imaginamos, fue una felicidad y nervios al mismo tiempo muy grande. Entramos a la sala, estaban los tres sentaditos, hermosos, nos presentaron y fue un momento que jamás vamos a olvidar. Una emoción enorme”, enfatizaron.

Formar la familia que tanto soñaron

Tras el primer encuentro, Diego y Mariana volvieron tres veces a San Francisco para ver a los niños y también les hablaban por videollamada todos los días. Pero al poco tiempo lograron llevarlos a su casa en el sur provincial.

“Nos permitieron que ellos vinieran para Río Cuarto. Los fuimos a buscar un viernes, y desde ese día fue un cambio muy grande. Pasamos de ser dos personas solas, a tener gritos, ropa por todos lados, estar pendiente de ellos. Nos estamos adaptando, es una etapa de vinculación, todos los días hay algo nuevo”, manifestaron.

“Las satisfacciones y desafíos que tenemos son muy grandes. Es algo que deseamos y pensamos seguir peleándola hasta el último día”, indicaron con mucha emoción.

Tras una dura historia, tres hermanitos de San Francisco son adoptados por una pareja de Río Cuarto

“Todos los días nos levantamos con una meta para poder formar esta familia que siempre deseamos tener. Esto llena el alma y es algo que no se puede explicar”, dijeron.

“El día que los conocíamos, el más chico nos preguntó si íbamos a ser el papá y la mamá de él. Le dijimos que si todo sale bien sí. Entonces andaba por todo Tribunales diciendo que íbamos a ser los papás. Eso hasta el día de hoy nos emociona”, resaltaron.

“Después de esperar tanto tiempo, cada vez que nos dicen mamá o papá nos emociona, es algo que no se puede explicar”, indicaron.

Por último, la pareja dejó una sugerencia para sus pares: “A las personas que están en la misma situación nuestra les decimos que si bien se demora mucho tiempo porque es mucha burocracia, pero llega. Hay que tener mucho apoyo psicológico, de grupos que están en la espera y que ya adoptaron para no bajar los brazos”.

“Las ganas de estar unidos fue más fuerte”

Los tres hermanitos pasaron por distintas situaciones complejas durante sus primeros años de vida. Sus padres y familiares de sangre, por diferentes circunstancias, no están en condiciones de poder criarlos y darles el amor que requieren. Pese a todo, los niños tienen una sola condición, la de permanecer juntos como familia.

Juez de Menores, Andrés Peretti.
Juez de Menores, Andrés Peretti.

Es por esto que el Juzgado a cargo del juez Peretti trabajó para poder encontrar padres que estén preparados para poder acogerlos y darles la asistencia y contención necesaria. 

“Es una situación hermosa la que se está viviendo al trabajar en una adopción como esta con tres chicos que no son tan pequeños”, resumió el funcionario judicial.

En este sentido, Peretti consideró: “Eso es muy fuerte y supera todo. Estuvieron prácticamente un año sin vivir juntos, pero los mantuvo unidos las ganas de estar entre ellos. Siempre se apuntalaron siempre entre ellos”.

-¿Qué pasó con los padres biológicos?

-Han tenido problemas propios de adicciones, incluso delitos con privación de libertad. Tampoco existió una alternativa de familiar de sangre, por eso se tuvo que trabajar en este sentido.

-¿Ya están definitivamente con esta familia de Río Cuarto?

-Estamos en el proceso de adopción, pero ya están en la guarda con fines adoptivos. Ahora el próximo paso es analizar si corresponde para dar el paso definitivo a la adopción.

-¿Existe la posibilidad de que los padres biológicos puedan recuperarlos?

-El proceso de adopción es completamente excepcional porque siempre se tienen que privilegiar los lazos de sangre y tratar de revertir con los progenitores la circunstancias que colocaron a los niños en esa situación de vulnerabilidad. Todas las instancias se fueron agotando y no hubo posibilidad de revertirlo, pese a que se trabajó mucho con la Uder y con la Senaf. No hay posibilidad de revertir la situación.

-¿Es poco común un caso de tres hermanitos que queden sin familia en San Francisco?

-Sí. Yo hace tres años estoy trabajando y es una situación poco común en San Francisco. Siempre hemos tenido de a uno. Este proceso se dio cuando los chicos ya eran grandes y no es fácil encontrar una familia para estos casos. Pero las cosas a veces funcionan como debe ser.

-Es un desafío para los chicos y para la pareja.

-Sí, porque uno siempre se imagina que se va adoptar a un bebé. En este caso se encuentran con una realidad diferente, con tres niños, probablemente con niños que tienen vulneración de derechos, carencias y muchos golpes propios de la vida.

-¿La familia que decide adoptar tiene que ser evaluada?

-Tiene que anotarse en el registro de adoptantes, se hace una especie de calificación donde se hace un abordaje interdisciplinario. Existen asistentes sociales y psicólogos para este registro y luego hay un abordaje posterior.