La Real Academia Española indica que la palabra empoderar significa: “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido, pero también es apoderar o dar autoridad o influencia a alguien para que actúe. Particularmente, el movimiento de mujeres empoderadas hace referencia al primer término”.

El concepto está de moda en los últimos años a partir de las manifestaciones y nuevos valores de miles de mujeres en su lucha por los derechos y contra la violencia machista.

Más allá de que muchas personas se adjudican el concepto livianamente, no quedan dudas de que Milagros Carballo (26) es símbolo de lo que significa “empoderarse”: pasó de ser víctima de uno de los peores ataques (abusada por su propio padre) a ser una referente para decenas de víctimas que buscan asistencia o simplemente ser escuchadas.

La historia de la joven trascendió seis años atrás cuando, en un acto de valentía poco habitual, expuso su caso en las redes sociales con una impactante carta en la que narraba los abusos que había sufrido cuando era apenas una niña por parte de su progenitor, Carlos Taborda (84). Desde ese día se transformó en un símbolo de la lucha contra un tema tabú como el maltrato y el abuso infantil en el interior de las familias en San Francisco y zona.

A partir de su historia, la cual terminó con una condena a 16 años de prisión a su victimario, muchos jóvenes se contactan con Milagros para contarle el calvario que atraviesan.

En algunas oportunidades, como ha trascendido, se animaron a denunciar tras el apoyo de la joven, en otros buscan una asistencia, una ayuda legal o simplemente ser escuchados.

“Pasaron más de cinco años y hasta el día de hoy sigo recibiendo mensajes de chicas y hombres que vivieron situaciones de abuso en su vida o situaciones de violencia. Trato de ayudar, a veces puedo asesorar legalmente y otras veces desde mi conocimiento por haberlo vivido”, explicó la joven a la que le quedan pocas materias pare recibirse de abogada.

Resiliente

En este ciclo especial de las mujeres, se le pidió a la joven madre que se presente frente a la cámara de El Periódico TV: “Mi nombre es Milagros Carballo, tengo 26 años, soy estudiante de derecho, soy resiliente. Superé el abuso sexual sufrido por parte de mi papá. Y hoy me dedico principalmente ayudar a las demás mujeres y hombres que estén en similares condiciones”.

- ¿Qué recuerdos tenés del momento en que te animaste a denunciar?

- Tengo recuerdos muy lindos porque la carta tuvo mucha repercusión y salieron muchos casos a la luz. Tuvimos muchas consultas y consejos de parte de toda la gente que me apoyaba. Fue gratificante ver la devolución que tuvo de parte de la sociedad. Creo que fue bastante productiva haber hecho pública la carta. Fue una antes y un después en mi vida. Fue el primer paso para mi liberación.

- Desde ese momento ¿muchas víctimas se comunicaron con vos?

- Sí, muchísimas. Algunas no buscaban ayuda, pero simplemente me contaban su situación en manera de desahogo. Ya pasaron más de cinco años y hasta el día de hoy sigo recibiendo mensajes de chicas y hombres que vivieron situaciones de abuso en su vida o situaciones de violencia. Trato de ayudar, a veces puedo asesorar legalmente y otras veces desde mi conocimiento por haberlo vivido.

Milagros Carballo, del dolor a la sanación: “Siento que soy una mujer empoderada”

La misión de salvar a otras víctimas

Desde la publicación de esa carta donde denunció los abusos, la joven es requerida por muchas víctimas de abuso sexual o violencia que necesitan asistencia. Es por eso que Milagros junto a un equipo especializado avanzan en charlas y capacitaciones para concientizar y prevenir en este flagelo.

- ¿Cómo estás llevando esa misión de ayudar y prevenir?

- Este último tiempo siento que tomó más rumbo y más fuerza. Cuando fui mamá me alejé un poco, me dediqué solamente a mi hija y a la familia. Ahora mi nena tiene dos años y siento que el tiempo valió la pena para hoy en día retomar con más proyectos.

- ¿Qué proyectan?

- Somos un equipo en el que tenemos un proyecto para presentar en el Concejo Deliberante de Las Varillas que tiene como fin trabajar el tema del abuso sexual en los niños. La idea es concientizar, prevenir y dar herramientas para el después cuando alguien denuncia y que tenga una ayuda. Además hay otros proyectos que no creo que falte mucho para concretarlos.

- ¿Qué crees que tiene que cambiar desde la sociedad y Estado para esta lucha?

- De parte del Estado se debería hablar. Brindar un espacio para realizar charlas dirigido a docentes, policías, médicos, a la sociedad en general, para que todos se vayan interiorizando sobre cómo poder prevenir, los mitos del abuso sexual, cómo poder superarlo.

- Eso es clave, la ayuda para las víctimas…

- Sí. Más allá de educar desde el antes, tratar de brindar herramientas eficaces para que la víctima pueda salir adelante. Falta mucho de parte del Estado en cuanto a que nos brinden patrocinamiento legal gratuito. Si bien está funcionando el Polo de la Mujer ellos solo pueden hacer un asesoramiento. Al momento de enfrentarte a un juicio oral, la víctima tendría que pagar un abogado, más allá del asesor que brinda Tribunales.

- ¿Vos tuviste buenos abogados? 

- Sí, y les estoy agradecida para toda la vida. En su momento se ofrecieron desinteresadamente en defender mi caso. Y hasta el día hoy estoy muy agradecida porque fueron humanos, más allá de lo legal y que se logró llegar a una condena. Siempre respondiendo mensajes y alentándome.

- Recuperar a las víctimas es fundamental…

- Las víctimas necesitamos que alguien nos defienda y que el Estado nos brinde eso. Que la víctima pueda elegir con quién sentirse acompañada.  Se necesitan psicólogos gratuitos, el juicio termina y la víctima no es que está feliz de la vida, tiene que afrontar el proceso personal de cada uno.

“Se puede sanar”

Miles de víctimas de abuso sexual atraviesan por una tortura interior que muchas veces no logran liberar. Sin embargo, Milagros asegura que ella tras mucho tiempo logró “sanar”.

“Necesitamos sanar, para después hacer el proceso, para no repetirlo después. Para vivir libres y felices”, destacó.

- ¿Se puede sanar? 

- Sí, se puede sanar. Doy fe de eso. Antes yo sufría fibromialgia, que es una enfermedad muscular, desde los 3 o 4 años hasta los 17 tuve dolores insoportables. Pero desde el momento del juicio yo no sé lo que es sufrir ese dolor. Hice un trabajo de muchos años con terapia, pero el cierre del juicio dije que iba a ser mi segundo cumpleaños y fue el cierre de muchas cosas.

- ¿Sentís que te empoderaste? 

- Siento que sí, que me empoderé y la gente me lo dice todo el tiempo. No es por agrandarme, pero siento que soy una mujer empoderada en mi vida. Me pueden pasar cosas malas pero que las voy a superar. Si superé eso, puedo superar cualquier cosa y más ahora con una hija.

- ¿Por qué querés ser abogada?

- Desde que iba al secundario supe que quería ser abogada. Nunca tuve la disyuntiva entre otra carrera. Lo que terminé de definir con mi experiencia con el caso es hacer la especialización en derecho penal de víctimas.