Comenzó septiembre y con él comenzaron a florecer los lapachos rosados, árboles que le dan color a la ciudad. Pueden verse en avenidas, bulevares y plazas. Muchos de ellos fueron plantados durante la gestión del intendente Juan Ricardo Cornaglia y por decisión de quien era en ese entonces el secretario de Obras y Servicios Públicos, Oscar Cornaglia.

La mayoría de esos árboles fueron colocados en el período de 1985 y 1987 con una misión muy particular: preservar los canteros. Se fijó como política de Estado que, aunque cambiaran los gobiernos municipales, en donde se hicieran nuevas avenidas o hubiese avenidas anteriores existentes sin canteros, se colocaran árboles.

El Jardín Botánico, plaza Vélez Sarsfield, plaza General Paz, plazoleta Villafañe, las calles Belgrano, Cabrera, Libertador Sur y Avenida de la Universidad ya florecen anunciando la llegada de una nueva estación.

Las hojas son de color verde oscuro y las flores son rosadas, de forma acampanada que aparecen a final del invierno, cuando aún no han brotado las nuevas hojas. El lapacho es muy sensible a las bajas temperaturas y se utiliza para arbolado urbano, en veredas y parques.