En mayo pasado, el Gobierno de Córdoba presentó las armas no letales que disparan gas pimienta como nueva herramienta que se incorporará a la policía provincial en la lucha contra el delito.

Para la Capital está previsto que en el mes de agosto las y los uniformados las comiencen a utilizar. Estas pistolas lanzan postas (cápsulas) con gas pimienta.

Pero, la idea del gobernador Juan Schiaretti es que este armamento se extienda a otras ciudades del interior, como Río Cuarto, Villa María y San Francisco.

Desde la Departamental San Justo indicaron que estas armas llegarán en los próximos meses a nuestra ciudad, aunque por el momento no hay una fecha exacta. Mucho tendrá que ver la experiencia en la ciudad de Córdoba.

Además de las patrullas policiales, las armas no letales comenzarán a ser utilizadas por el personal de divisiones especiales de calle, como el grupo Eter y la Guardia de Infantería.

Tipo de arma

La Provincia adquirió mil armas, entre cortas y largas y analiza comprar otras más. Son de marca Byrna que es de venta libre y trepa a los $ 250 mil (U$S 500). Una Taser, de las más nombradas en este estilo, vale U$S 1.700.

En qué momento se usarán

Las pistolas de gas pimienta serán utilizadas en situaciones de crisis con personas en las calles. ¿Ejemplos? Una persona armada con cuchillo que enfrenta a un policía, una pelea entre facciones, incidentes callejeros provocados por una patota, una crisis psiquiátrica, un operativo en un barrio que se vuelve en contra de uniformados, según dijeron en su momento en la Policía al citar algunos casos.

El momento de las presentación meses atrás.
El momento de las presentación meses atrás.

“La Policía tiene un problema hoy y es que entre la mano para defenderse y la pistola reglamentaria no hay nada. Es necesario el uso de un arma no letal”, explicó la jefa de Policía de la Provincia, Liliana Zárate.

Efectos

El arma lanza dardos electrificados paralizantes. Con un sistema de aire comprimido dispara una pequeña cápsula que, al impactar en el pecho de una persona, libera una nube de gas pimienta. Antes, provoca fuerte dolor. Esta nube, a su vez, tiene los efectos de un gas lacrimógeno.

Quien recibe el impacto queda inmovilizado unos segundos y puede ser “reducido” por la fuerza policial.

Además puede practicarse un disparo “indirecto” contra el piso, una pared o el techo. La intención es generar una nube que afecta e inmoviliza a las personas a las que se intenta controlar o reducir.

Sin embargo, su mal uso puede generar un daño físico. Por ejemplo, un disparo en el rostro puede generar la pérdida de un ojo. Por eso la capacitación es clave.

El ministro de Justicia y Seguridad de Córdoba, Julián López, explicó en su momento que estas armas buscan “neutralizar temporalmente a los agresores y de esa manera permite a los efectivos disponer del tiempo para reducir y desactivar la acción”.