La manifestación de jubilados en San Francisco sumó un fuerte respaldo sindical. Por primera vez, representantes de la CGT, junto a gremios como UEPC, Gráficos, de la madera y Comercio, se unieron al reclamo frente a la sede de PAMI, para visibilizar el impacto negativo de los recortes en jubilaciones y el acceso a medicamentos a los vecinos de la tercera edad.

Paula Cabrera, secretaria general de la CGT, expresó su malestar al escuchar el testimonio de los jubilados que, miércoles tras miércoles, se movilizan para exigir una vejez digna.

"Es imposible no emocionarse con las palabras de Miriam-una de las mujeres autoconvocadas-, que a sus 79 años está acá, en frío, calor y lluvia, cuando podría estar en su casa disfrutando de su descanso. Pero no puede, porque la está pasando mal, como tantos jubilados y jubiladas que sufren las políticas del presidente Milei", sostuvo.

Cabrera cuestionó la complejidad de los trámites impuestos a los jubilados para acceder a sus medicamentos y denunció que estas barreras burocráticas solo buscan limitar su derecho a la salud.

"Desde diciembre, les pusieron trámites completamente complicados para que no puedan hacerlos, para que no tengan acceso a los medicamentos, para que se mueran en sus casas y no sean un gasto para el Estado", afirmó.

El apoyo sindical y el repudio a la represión

Cabrera subrayó que la crisis golpea a toda la sociedad, con una canasta básica que supera el millón de pesos mientras que las jubilaciones mínimas cuentan con bonos insuficientes que no se actualizarán.

"Jubilados que pagan alquileres, que no pueden comprar remedios. A mí, sinceramente, me parte el corazón la situación. No creo que haya nadie que no tenga un abuelo, un padre, un vecino jubilado que la esté pasando mal", expresó.

La dirigente sindical también se refirió a la violencia sufrida por los jubilados que protestan en Buenos Aires y denunció la represión ejercida contra ellos. "Es muy triste ver a nuestros jubilados en Buenos Aires siendo agredidos y violentados solo por protestar. La protesta es un derecho constitucional, pero es más fácil silenciarlos y dejarlos morir con estas políticas de hambre", dijo.

Desde la CGT y los gremios locales, el compromiso es seguir acompañando a los jubilados en sus reclamos. Cabrera cerró su discurso con un mensaje claro: "No dejemos que se mueran nuestros viejos. Tengamos un poco de empatía. Porque más tarde o más temprano, todos vamos a ser jubilados. Como ellos nos enseñaron a caminar y a leer, ahora nos toca a nosotros estar a su lado y no mirar para otro lado".