José Ángel “Polaco” Santillán, histórico empleado del taller de la Sociedad Bomberos Voluntarios de San Francisco, le llegó la jubilación. Y desde la institución, lo destacaron: “Después de tanto tiempo trabajando incansablemente por Bomberos, es hora de que disfrute su merecido descanso”. 

Desde 1990, José colaboró con la institución y en 1998 entró efectivo trabajando como encargado en el área de maestranza, realizando el mantenimiento del cuartel cualquiera sea el día y pronóstico.  

El Polaco pasó más de tres décadas dentro del cuartel y se “despidió” –entre comillas aseguran sus compañeros ya que creen que los seguirá visitando- con una cena especial donde además repasó su historia. 

José y el cuartel  

En el año 1990, Santillán y su pareja buscaban darle un futuro a su hijo Mauro, y ese fue el motivo de su acercamiento a Bomberos.  

“Año 1990, yo tenía una familia y mi hijo Mauro que tenía que darle un futuro para que pudiera cumplir su sueño, como todo papá quiere para un hijo. Lo hablamos con quien fuera mi mujer, nos miramos y le dije yo me voy a Bomberos a pedir trabajo”, comentó.  

Explicó que encontró un grupo de personas “espectacular” que le prestaron su oído para escucharlo, lo alentaron y hasta compartieron sus lágrimas dándole un apoyo. 

“Ustedes son mi familia y lo seguirán siendo, porque para mí no era fácil conseguir trabajo. Hoy les digo muchas gracias por abrirme las puertas del cuartel y no marginarme y aceptarme como soy”, expresó en una carta dirigida a los miembros de la institución que siempre lo acompañaron durante sus años de trabajo.  

Además, desde Bomberos remarcaron un consejo que les dejó “El Pola”: "Disfruten todo lo que puedan, sabemos que estamos de paso y que nos vamos con las manos vacías. Sean muy felices, no se rindan, y a cumplir sus sueños”.