El nombre de Nicolás Urquía seguramente pasará a ser mencionado en distintos tribunales del país. Víctima de ciberdelito en 2020 en San Francisco, el trabajador metalúrgico no se achicó ante el poderío de una entidad bancaria, el BBVA Francés, a la cual puso en jaque por medio de la Justicia.

A Urquía le sacaron un crédito vía online de 380 mil pesos a su nombre y una vez depositado el dinero en su homebanking se lo robaron. En cuestión de minutos. El banco lo obligó a pagar en un principio 60 cuotas de 22 mil pesos, dinero que se le descontaba cada mes de su cuenta. En total llegó a devolver más de 150 mil pesos.

Tras realizar una demanda judicial, en septiembre de 2021 logró que le devuelvan el dinero. Ya en 2022, el juez de primera instancia y tercera nominación en lo Civil y Comercial de los Tribunales de San Francisco, Carlos Viramonte, condenó además al banco y dispuso que no solo devuelva todo el dinero cobrado a su cliente, sino además lo indemnice por el daño moral causado.

Nicolás Urquía fue víctima de una estafa virtual.
Nicolás Urquía fue víctima de una estafa virtual.

Cerrando el año, Urquía recibió la noticia de que la sentencia quedó firme, con todo lo que eso conlleva.

La abogada María Celeste Peretti, especialista en Defensa del Consumidor y patrocinadora de Urquía, explicó a El Periódico que se determinó la responsabilidad del banco por incumplimiento al deber de seguridad de información y de trato digno y equitativo hacia su cliente, quien fue víctima de phishing (estafa electrónica).

“Dentro de los incumplimientos en los que incurrió el banco, el determinante fue la violación al deber de seguridad en razón de que se probó que el BBVA detectó, mientras se estaba solicitando el préstamo, un movimiento sospechoso en la cuenta del actor y le envió un SMS de advertencia al celular de Nicolás Urquía que no fue leído en ese momento. Sin embargo, el banco no procedió automáticamente a bloquear las cuentas bancarias para evitar el fraude”, describió la abogada.

- ¿Qué debería haber hecho el banco en ese momento?

- Al detectar el ingreso sospechoso, lo que hubiese correspondido como medida adecuada de seguridad es que bloqueara inmediatamente el homebanking de Nicolás Urquía. No solo que no lo bloqueó, sino que autorizó minutos después de solicitado el préstamo la transferencia a una tercera cuenta.

- Qué implica que la sentencia quede firme?

- Tres cosas. La primera es que el banco consintió lo que resolvió la Cámara de Apelaciones de San Francisco, y eso trajo aparejado que no pueda ser revisada la sentencia por el Tribunal Superior de Justicia. La segunda es que el banco tiene que cumplir con lo que se ordenó en la sentencia. En este caso se determinó que el préstamo pre aprobado quedara sin efecto, y por ende el BBVA tuvo que restituirle a Urquía las cuotas del crédito que le había cobrado y debió abonarle una suma por daño moral y otro importe de daño punitivo, más los intereses judiciales de cada rubro. Esto implicó que el monto total percibido sea sustancialmente mayor. Asimismo, el banco tiene el deber de publicar una síntesis del fallo judicial en un diario. La tercera y última implicancia es que el fallo queda consolidado como un precedente judicial, y eso ocasiona que los jueces de distintos tribunales de la provincia y del país puedan tomarlo como referencia y fundar sus sentencias ante casos análogos en base a este precedente.

- ¿Esto último es alentador para otras víctimas?

- Sí, es un fallo muy esperado por quienes ejercemos el derecho del consumidor, y alentador para todos los usuarios de servicios bancarios que fueron víctimas de una estafa electrónica o puedan llegar a serlo. Si bien cada caso tiene sus particularidades y modalidades diferentes de estafas electrónicas, es positivo que los tribunales del país determinen la responsabilidad de los bancos cuando se puede probar en el proceso el incumplimiento a la obligación de seguridad y demás deberes legales a los que están obligados a garantizar.

- ¿Cómo define el caso Urquía? Es valorable que su cliente no se haya quedado quieto ante el avasallamiento del banco.

- Justamente conversábamos con Nicolás el efecto que generó el hecho de que él diera notas periodísticas contando lo que le había ocurrido y decidiera acudir a la justicia. Su caso fue un ejemplo a seguir para muchos consumidores que al igual que él resultaron víctimas de una estafa electrónica pero que por temor o falta de conocimiento e información decidieron o deciden no reclamar. Todos somos consumidores de distintos bienes y servicios, pero paradójicamente se tiene poco conocimiento de cómo hacer valer los derechos que nos amparan. Pienso que tiene que existir un compromiso colectivo, sea por parte del Estado, los medios de comunicación, los juzgados de país, las asociaciones y quienes ejercemos esta rama del derecho para dar a conocer cuáles son los deberes que tienen los proveedores de bienes y servicios, derechos que podemos hacer valer y los riesgos a los que estamos expuestos.

- ¿Con este fallo cambió el panorama para los bancos?

- Las respuestas favorables de los tribunales ante los reclamos de estafas virtuales, como en este caso que se determinó la responsabilidad del BBVA, generan un impacto positivo en las entidades bancarias a los fines de que mejoren sus medidas de seguridad en canales digitales y cumplan con el deber de informar periódicamente a los usuarios. Otra implicancia que tuvo este fallo y otros que están saliendo paulatinamente en el mismo sentido, es el impacto que genera en los bancos cuando se les impone el daño punitivo, conocido como una multa civil. Es una multa que imponen los jueces cuando verifican incumplimientos a los deberes legales y la finalidad es desalentar a los bancos a que continúen perpetrando conductas abusivas. Al imponerse una multa económica, el banco, en muchos casos toma nota del perjuicio que le ocasiona y así mejora sus campañas de concientización de fraude y mejora las medidas de seguridad.