Bomberos voluntarios asistieron en la última semana a dos incendios de campo que demandaron 8 horas de trabajo, y afectaron cerca de 37 hectáreas. Cabe destacar que en ambos siniestros el riesgo de incendio era extremo, y había alerta por ráfagas fuertes de viento para la zona.  

“El viento es un factor a tener en cuenta porque fomenta la propagación de las llamas, además de que sus cambios de dirección producen que la quema pueda dirigirse a lugares con combustible disponible para la quema”, explicaron.  

Ante situaciones como estas detallaron cómo debe procederse para evitar que se extienda aún más el daño. En primer lugar, cualquier persona que vea un principio de incendio puede alertar a los bomberos llamando al 100, a la policía llamando al 911, o al 0800-888-38346 fuego precisaron.  

“Se debe mantener la calma e indicar el lugar donde ocurre el siniestro lo más preciso posible. También, si se conoce el dato, indicar si en el lugar hay un reservorio de agua disponible”, señalaron.  

En la institución cuentan con unidades cisternas para proveerse de agua, pero muchas veces la magnitud del incendio genera que necesitemos más para combatirlo, por eso es recomendable, de manera preventiva, que los campos posean un reservorio de agua. 

“Otra manera de prevenir la extensión de las llamas es hacer cortafuegos, la cual consiste en una brecha entre el material combustible, que pueden ser palos, ramas, pastos o siembra, para evitar la propagación del fuego. Estos se suelen realizar de manera preventiva, sobre todo en lugares donde ya hubo incendios anteriormente”, agregaron.  

Cabe destacar que, en la provincia de Córdoba, desde mayo y hasta el 31 de diciembre de este año inclusive rige la alerta ambiental por riesgo extremo de incendios forestales, el cual se intensifica los meses de fuertes vientos como agosto y septiembre. “Está prohibido realizar cualquier tipo de actividad que pueda generar un incendio en todo el territorio provincial”, remarcaron.