Tal como anticipó El Periódico en ediciones pasadas, en el mes de agosto comenzó a funcionar en San Francisco un grupo de ayuda para adictos al juego denominado “Volver a vivir”. Lo dirige Alfredo T, un vecino de nuestra ciudad que se encuentra en vías de recuperación y decidió salir y ayudar a quienes sufren su mismo problema.

Del mismo participan doce personas que, desde el primer día, se reúnen cada lunes para contar sus experiencias y buscar entre todos una salida a este serio inconveniente social. Según explicó Alfredo, la cantidad de gente que participa es “sorprendente” aunque aclaró que si se analiza la problemática local esta cifra no representa ni el 1 por ciento de los que sufren esta adicción.

“Estamos en una sociedad donde es difícil tomar cartas en el asunto ante este tema por la vergüenza que a uno le puede dar. La primera noche, por ejemplo, hubo gente que pasó por frente al lugar de reunión para ver quién entraba al grupo de autoayuda”, contó.

Pese a ello, la cantidad de personas que comenzaron este proceso de recuperación se mantiene.

Amigos y familiares también

Una de las novedades para este mes de octubre es que empezó a funcionar de manera paralela un grupo de ayuda, y también una especie de guía, para familiares y amigos del adicto. Este es independiente al que participan los ludópatas: “La metodología es similar. La idea es que los familiares y amigos sepan cómo ayudar y entender a los enfermos”, afirmó Alfredo, aclarando que  es muy importante porque aquel jugador que dejó de jugar muchas veces sigue generando malestar dentro de la familia: “Mientras uno está en actividad, jugando, no está en la casa por varias horas. Pero una vez que estás en recuperación es distinto, pasás más horas. Entonces la persona que está con vos debe buscar la forma de pasar ese momento, buscar cómo ocupar ese tiempo que antes el enfermo disponía para el juego”.

La historia de Alfredo

Es un jugador en proceso de recuperación. Hace casi un año que participa en un grupo de autoayuda en Córdoba. “Me pasaba el día entero jugando”, explicó.

Alfredo decidió ponerle coto al juego luego de una discusión fuerte con su esposa. “Me di cuenta que no lo podía manejar. Fui a Villa María con mi señora, tranquilo, a pasar un día en el río. Cuando nos fuimos le rogué para ir una hora aunque sea al casino y me terminé quedando por cinco. Me vine todo el camino sin hablar. Lógicamente ella se puso mal y con razón. Por eso pedí la autoexclusión del casino”, indicó.

“El juego te mata no solo económicamente, eso es lo de menos; te mata la familia, el tiempo, las amistades y en algunos casos a vos mismo”, aseguró.

Metodología del grupo

Cuando llega por primera vez, a la persona se le hace una serie de 20 preguntas, de las cuales se ve en las respuestas si son jugadores compulsivos o no. La mayoría lo es.

Se lo recibe, integra al grupo y en la primera hora se lee una literatura referente al juego. En la segunda hora se hace terapia, se cuentan experiencias; algo similar a lo que ocurre en el grupo de alcohólicos anónimos.

Contacto

El grupo se reúne los lunes a las 20 horas en Pellegrini 458. Se trata de una organización sin fines de lucro que no recibe ayuda de ninguna clase, ni religiosa ni política ni profesional. Está habilitado un teléfono celular para llamar las 24 horas: 03564-15656362 y una casilla de mail: jasfcovolveravivir@hotmail.com.