Karina Moyano murió recientemente a causa de una neumonía, pero su caso va más allá de esta enfermedad. Según sus compañeras, que esta semana se concentraron en Córdoba para pedir Justicia tras su muerte, sostienen que la “seño Kari”, tal como se la conocía, fue víctima además del “sistema”.

¿Por qué? Aseguran que a diario tanto ella como las demás fueron objeto de “numerosas presiones” por parte de la Dirección General del nivel y de las supervisoras.

Moyano era maestra en el jardín de infantes Hugo Leonelli, ubicado en el barrio Granja de Funes II de la ciudad de Córdoba. “Sufría acoso laboral aún estando internada. La gravedad de este hecho es tan terrible que duele profundamente y produce una rabia enorme por la injusticia cometida contra ella”, aseguraron integrantes del Colectivo de Educación Inicial Córdoba que se manifestó en la capital provincial.

El acoso laboral, también conocido por su anglicismo mobbing, hace referencia tanto a la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo, terror, desprecio o desánimo en el trabajador afectado.

Karina Moyano, la maestra por la que se pide justicia.
Karina Moyano, la maestra por la que se pide justicia.

Aunque el fallecimiento se produjo a raíz de una neumonía, las educadoras denunciaron que los maltratos en la entidad educativa eran incesantes.

Hechos “aislados” en el departamento San Justo

Fabiana Nocco, titular de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) –seccional San Francisco- dijo que debe separarse el fallecimiento del acoso, pero reconoció la situación de acoso: “La docente fallece por una neumonía que es totalmente doloroso para nosotros. A raíz de eso surge que sufría acosos que el Ministerio (Educación) investiga ya abrió un sumario administrativo”.

Nocco contó que en las escuelas del departamento San Justo ocurrieron en el último tiempo casos de acoso laboral, aunque no tan extremos como el que vivió la maestra cordobesa.

“Hemos recibidos denuncias o consultas sobre cómo hacer cuando uno siente que sufre un acoso laboral. Es muy difícil de comprobar, incluso dicho por el mismo Ministerio de Trabajo de la Nación. Pero cuando uno tiene esa sensación el sindicato acompaña al docente en las acciones que se puedan llevar adelante, por ejemplo gremiales. Hablamos con el directivo, tratamos de acompañar en talleres que hacemos sobre los límites, derechos, obligaciones de los docentes y equipos directivos con profesionales nuestros”, expresó.

La referente del gremio docente aseguró que si bien se detectaron casos de mobbing estos fueron aislados y no se trata de una generalidad. En este punto, le pidió aquellos docentes que viven una situación de este tipo que se acerquen al gremio. Hay muchos instrumentos para acompañar en ese proceso, no hay que quedarse solo cuando se está sufriendo”.

Al ser consultada sobre si existe desconocimiento o miedo en quien prefiere no denunciar o lo hace tarde, explicó: “Pueden ser las dos, que uno no se da cuenta que se trata de un acoso y cree que está bien que se lo trate así. O puede ser que tenga miedo de quedarse sin trabajo. Normalmente es por desconocimiento de que tiene derechos y lo desconoce”.

Respecto a los casos sucedidos en nuestra región, Nocco dijo que no han sido extremos: “La mayoría se dio cuando un docente sintió que el otro le exigía dar más de lo que puede dar o se exigía en momentos límites en tiempo o un mensaje el fin de semana, fuera del horario escolar”, ejemplificó.

Funcionamiento a través de acuerdos

Según Nocco “la escuela funciona con acuerdos” y explicó que en esta zona, al menos, los directivos están abiertos.

De todos modos, aclaró: “Por ahí no se dan cuenta porque están sobrepasados también los directivos de actividades y de cosas, nosotros colaboramos como sindicatos en que el ambiente de trabajo sea el mejor. Hay que encontrar un acuerdo, los adultos debemos estar bien porque tenemos jóvenes y niños que dependen de nosotros. Siempre que circule la palabra se dialoga y se pone de acuerdo, y el acuerdo hay que dejarlo escrito”, cerró.