A 50 años del Tampierazo: 15 claves para entender el conflicto obrero y sus consecuencias
El Periódico hace un repaso con muchos detalles de lo que fue un conflicto obrero desatado en la fábrica más importante de San Francisco. El saldo fue una salvaje represión, varios detenidos, desmanes en la ciudad y hasta un muerto que presenciaba los disturbios por curiosidad.
En esta nota, El Periódico hace un repaso histórico aquella huelga y protesta obrera en San Francisco que trascendió a todo el país y en la que lamentablemente falleció baleado un adolescente en circunstancias que aún no fueron esclarecidas.
Tampierazo. Fue un hecho que marcó la historia de San Francisco en los inicios de la década del ’70 del siglo pasado. A raíz de un conflicto salarial se generó la lucha obrera que terminó en una revuelta social.
Contexto nacional. El arribo del general Juan Domingo Perón después de su largo exilio alimentaba otra vez los aires de justicia y provocaba que las banderas del sindicalismo flameen con más fuerza después de casi 20 años de proscripción peronista. San Francisco era una sociedad muy politizada, se encontraba administrada por Mariano Juan Planells, del partido Peronista.
Tampieri. Un apellido histórico de la ciudad, una familia que administraba una fábrica de fideos y galletitas. Sus comienzos se remontan a fines del siglo XIX y principios del XX.
Conflicto. Tampieri adeudaba a sus empleados cuatro quincenas de trabajo, aguinaldos y aportes a la caja de jubilaciones. Los obreros organizaron una huelga para el día 30 de julio de 1973, previamente habían programado turnos organizados de ocho horas rotativas en medio de asambleas y el día 29 se decide el paro activo. Varios gremios acompañaron la protesta de los fideeros: molineros, transportistas y el comercio.
Huelga. La huelga comenzó a las 10 con una concentración en frente de la CGT para luego movilizarse hacia la fábrica donde los oradores, el abogado laboralista Gustavo Gallardo y Oscar Liwaki (Sec. General de la CGT y de Empleados de Comercio) dirigirían su discurso a los obreros. La calle 9 de julio se puebla de trabajadores que en caravana se dirigen a un mismo punto. Testigos del acontecimiento, sostienen que desde calle Irigoyen hasta Pellegrini estaba repleto de gente. Unos mil manifestantes marcharon hasta la fábrica que estaba tomada por el personal, pasando frente a las dos propiedades de miembros de la familia Tampieri y luego del Palacio Municipal (a su vez antigua morada de don Ricardo Tampieri, fundador de la empresa).
Vuelta y desmadre. Tras los discursos, los manifestantes volvieron a pasar frente a los chalés de los hermanos Tampieri (nietos del fundador). En uno de ellos, activistas ingresaron a la casa -mientras sus ocupantes se ponían a salvo pasando a casas de vecinos- y sacaron a la calle un automóvil que volcaron e incendiaron, causando daños en la propiedad. Luego, gran parte de los manifestantes marchó hacia la casa y estudio del Dr. Joaquín Gregorio Martínez, director del diario La Voz de San Justo y quien había sido en otra época abogado de Tampieri. Ingresaron y también provocaron desmanes cuantiosos.
¿Infiltrados? Si bien se esperaba una jornada con total normalidad, el dato curioso viene de la mano de una solicitada firmada por el Centro Comercial de la Propiedad y publicada en el diario local “La Voz de San Justo”. En ella se pedía a la policía que garantice la paz. Jacqueline Gómez, profesora de Historia e investigadora, dijo a El Periódico sobre esto: “Había un rumor de que las cosas no iban a ser como se pensaban y allí surge la teoría de que ese día hubo infiltrados que habrían formado parte de organizaciones de izquierda y tenían como objetivo que la huelga se convirtiera en un punto importante; gente que estuvo allí comentó que observó individuos que no conocían y que portaban banderas del Partido Comunista”.
Represión y muerte. Los hechos promueven la participación y posterior represión policial ordenada por el gobierno provincial: corridas, gases lacrimógenos y balas de fuego. Oscar Molina, de 16 años y varios heridos. Esto agudizó más el accionar de los manifestantes: hubo roturas de vidrieras en comercios y hasta saquearon la armería Curtino.
¿Quién era Oscar Molina? Su historia fue contada por su hermano Luis Molina a El Periódico, un relato que fue un verdadero hallazgo. Contó que estaba en el lugar por curiosidad, como él, aunque separados en ese momento. “Desde ese día cambió nuestra vida. Fue un cambio rotundo para mal, se destruyó mi familia. Nosotros éramos pobres pero alegres y ya no hubo más felicidad”, dijo entre lágrimas. Ver la nota completa en este link.
Versión salpica a un policía. La muerte de Molina le fue endilgada a un policía que con el tiempo habría sido trasladado por la fuerza a otra localidad. Sin embargo, desde otro sector se sostiene que el chico recibió una bala por error desde atrás, donde se encontraba el grueso de la gente y no desde adentro de la casa, cubierta por policías. En 2007, El Periódico entrevistó al médico forense que realizó la autopsia de Molina, Juan Barberi Forno, que dijo: “Recuerdo que lo mataron por la espalda, el proyectil entró por la cara posterior del tórax generándole una muerte instantánea”. Nadie pagó a través de la Justicia por este homicidio.
Intervención. El caos sucedido con la represión policial, la muerte de Molina, los saqueos y las corridas generaron la inmediata venida de Atilio López a la ciudad, vicegobernador de la provincia. El funcionario entabló diálogo con Gallardo y Liwacki para buscar una salida al conflicto.
Empieza el acuerdo. El día 30 terminó con la liberación de los presos ordenada por López y con una reunión entre una comisión de la asamblea y el vicegobernador para resolver el pago atrasado de los obreros y acordar una futura reunión para regularizar la situación. A los 15 días se pagó lo adeudado.
Quiebra. A largo plazo la fábrica quiebra, termina desmembrada y cierra. Concluye como tantas fábricas después de los ´70, con la gente en la calle. El mismo Tampieri en el libro “Historia de un inmigrante bolognés”, aduce la situación de crisis y explica que el conflicto sobrevino de una gran sequía del momento y la falta de apoyo de créditos. La otra versión indica una mala gestión del empresario. Quien pide la quiebra de la fábrica el día 30 de mayo de 1975 es el gobierno provincial, importante acreedor de la firma que había adelantado el dinero para que se abonen los sueldos. La fideera se vende en una subasta pública en marzo de 1977 y la adquiere un industrial de la localidad santafesina de Rafaela. “La empresa no consiguió recuperarse y en 1974 cerró definitivamente. Nunca volvió a ser el emporio industrial que fue desde comienzo del siglo XX hasta los años 60”, sostuvo el historiador local Arturo Bienedell.
Los desaparecidos del Tampierazo. En la madrugada del 12 de mayo de 1976 fueron secuestrados en su domicilio los abogados y dirigentes cordobeses del Frente de Izquierda Popular (F.I.P.), Gustavo Gallardo y su mujer Nora Peretti. Esa misma noche desapareció también Oscar Ventura Liwaki, secretario de la CGT, todos responsabilizados de organizar el Tampierazo. “En abril del 76, después del Golpe Militar, una editorial (en La Voz de San Justo) se preguntaba cómo los responsables del Tampierazo estaban en libertad ahora que volvía el orden. Nunca supe quién la escribió, pero fue pedirles la cabeza”, dijo Guillermo Peretti, hermano de Nora a El Periódico.
Sin uso. Hoy, a 50 años del conflicto, el edificio donde funcionó la fábrica permanece inactivo. Y también hay muchos cabos sueltos sobre lo ocurrido.