La música de San Francisco tiene sus “próceres” y entre ellos hay varios que cuentan con activa vigencia, pero, sobre todo tienen algo que no pasa en todos los ámbitos: el respeto de sus pares.

Carlos Alberto “Beto” Illusi (50) entra en ese selectivo grupo. Querido y reconocido baterista que supo integrar varias bandas de diversos géneros musicales, posee una trayectoria de más de 30 años con el instrumento y forjó una reputación impecable en la escena musical local.

Es diseñador gráfico y publicitario. En música toca la “bata” en Alma Blues y en Viejos Vinagres. También es profesor de batería y un defensor a ultranza de la música local, sobre todo de las bandas vinculadas al rock and roll y al blues sanfrancisqueño. En su pasado, cabe mencionar, fue obrero metalúrgico durante dos décadas en la firma Plumita. 

Cuenta que su pasión por la batería nació en su adolescencia, cuando apenas tenía 14 años, impulsado por su padre Ricardo. Arrancó estudiar los misterios de este instrumento con Aldo Guelfi. Y aunque tuvo que dejarlo por un tiempo porque su profe inició una gira con una banda, al retomar comenzó una carrera casi sin interrupciones desde 1991.

“Vengo de una familia de músicos, mi viejo acordeonista, mis tíos folcloristas, así que la música siempre estuvo. Y batería me llamó la atención”, comenta Illusi a El Periódico, sentado en su banqueta en la sala de ensayos que tiene en su casa de barrio Independencia.

“Beto” Illusi, del tributo a Sumo a ser el “latido” detrás del blues en San Francisco

Casi de casualidad y a falta de un baterista en una agrupación de Freyre llamada Scandinavia, “Beto” inició su largo camino en la música. Sostiene que no fueron muchas bandas las que integró, pero sí que se mantuvieron durante varios años: Scandinavia (91-93); Niebla Púrpura (92-93); Pentatónica Blues Band (93-98); StratoBlues (2002-2013); Alma Blues (desde 2014) y Viejos Vinagres (desde 2015).

Aunque en su adolescencia estuvo más enfocado al rock y al heavy metal, su orientación musical daría un giro radical cuando se unió a la Pentatónica Blues Band.

- ¿Tenías pensado tocar blues o se fue dando?

- Se fue dando porque cuando uno empieza no tiene claro qué estilo seguir y qué es lo que uno puede tocar. Iba a ver los ensayos de la Pentatónica y por ahí me dejaban participar. Y bueno, se fue el baterista, me preguntaron si quería probar... Nunca había tocado blues, siempre rock, algo de heavy. Me llamó la atención el blues por las sutilezas y las complejidades que tiene en la forma de tocar la batería. Así que tuve que perfeccionarme porque no era simple llevar el ritmo, el swing y eso me ayudó a crecer profesionalmente.

Para ello, tomó clases con “Rudy” Cachiarelli que, según el músico, le “abrió la cabeza”. De este modo fue estudiando a distintos bateristas exponentes del blues.

- ¿Hoy te considerás un baterista más blusero?

- Sí, porque me interesó meterme en ese estilo, escuchar muchos bluseros desde los comienzos que eran bien simples, hasta los que llevaron al género un plano más complejo para tocar y para eso tenía que estar preparado.

Beto en una de las primeras bandas que integró, Niebla Púrpura.
Beto en una de las primeras bandas que integró, Niebla Púrpura.

Vivir de la música, qué difícil

Más allá de su dedicación y sus estudios en la percusión, Beto se desempeña como diseñador gráfico y publicitario, demostrando una versatilidad artística que va más allá de los escenarios. Reconoce que es un trabajo que ama pero que, obligatoriamente, casi cualquier músico de nuestra ciudad -o del interior en general-, requiere otro sustento para mantenerse económicamente.

“Es difícil vivir de la música porque no hay muchas oportunidades, se toca poco, una vez al mes casi. Se puede salir a tocar a la zona, pero ya tenés otros gastos y terminás saliendo derecho. Entonces necesitás otro ingreso, otro laburo sí o sí”, confirma.

En la actualidad, mientras realiza trabajos particulares para terceros, también da clases de batería que le permite, según él, llegar a los fines de semana para disfrutar de “poder tocar en algún recital o simplemente ir a ver bandas”.

- Entonces cómo definirías lo que es vivir en San Francisco para un músico…

- Es complicado, no tanto para salir a tocar porque tenemos muchos lugares cerca, estamos en un lugar estratégico, con las bandas que integro hemos ido a tocar a Santa Fe, Córdoba, Paraná, Entre Ríos. Y si bien a San Francisco le falta un poco más de oportunidades para los músicos locales, creo que se va a ir dando, quedó demostrado en el último ‘Llenate el mate’, hay muchas bandas que suenan muy bien. Lamentablemente no hay más bares para hacer música en vivo, pero creo que en cualquier momento se puede abrir esa puerta como lo fue Aquelarre.

- ¿Qué te dejó este último Llenate que tuviste participación con tus dos bandas?

- Me sorprendió la cantidad de bandas que hubo, no creía que había tantas y me gustó que haya muchas y de distintos estilos. Se vio profesionalismo en lo que se hizo y eso te da la pauta que a cualquier banda que llamen para un show va a sonar bien. Creo que eso es mérito del ciclo, que dispone de buen sonido, va mucha gente y las bandas se ponen las pilas para sonar bien. En el cierre, a ninguna banda le temblaron las piernas cuando subieron a tocar a un escenario grande, con un sonido muy grande también y todas sonaron muy bien; eso creo que hace que la gente o los empresarios puedan apostar a llamar bandas a tocar en vivo.

- ¿Después de tantos años, te sentís un referente de la música local?

- Creo que me identifican por la batería, de tantos años de tocar. A mí también me gusta ir a ver a todas las bandas, apoyar la movida de otras bandas, estar presente en los shows. Creo que es una forma que tenemos entre los músicos de apoyarnos. También hay algunos que me identifican como ‘profe’ pero referente no sé; sí son muchos años con la batería.

Formando parte de StratoBlues
Formando parte de StratoBlues

Su actualidad

Desde hace años, Illusi organiza sus tiempos para el diseño, la enseñanza de batería y para llevar el ritmo de Alma Blues que también la integran su esposa Alejandra y su cuñada Cecilia, y de Viejos Vinagres, banda tributo a Sumo de la cual fue miembro fundador.

Sobre cómo es tocar con su esposa y su cuñada a la vez, “Beto” responde: “Es muy familiar, lindo, nosotros siempre lo tomamos como un hobby, como para divertirnos, no como para hacer algo que no nos guste. Cada uno sabe lo que tiene que hacer, para eso están los ensayos para ponernos de acuerdo y nosotros con Ale somos un poco la base de la banda, porque ella toca el bajo”.

La formación actual de Alma Blues.
La formación actual de Alma Blues.

Con respecto a Viejos Vinagres, rememora que nació de la unión de diversos músicos de distintas bandas para un ciclo de cine donde se proyectaba la película documental “Luca”, de Rodrigo Espina. “Era para hacer un par de canciones, al primero que llamé fue al saxofonista para que me diga que sí, sino era imposible, y así arrancó Viejos Vinagres. Después de eso nos invitaron para un ‘Llenate el mate’ y seguimos, empezamos a sacar temas un poco más complejos. Pero algunos de los chicos tuvieron otros compromisos y decidimos rearmar la banda hasta lo que es hoy. El único fundador que queda soy yo”, dice entre risas.

Lo que pasó con Viejos Vinagres fue una grata sorpresa incluso para los propios músicos. Al grupo lo integran además: Gabriel Romero (voz y guitarra), Pablo Gudiño (saxo y guitarra), Marcelo Cesca (guitarra) y Guido Kiss (bajo).

En cada presentación de la banda, el público enloquecía y eso le abrió las puertas en escenarios de Santa Fe, Paraná, Córdoba e incluso en Buenos Aires, en la propia casa del fallecido líder de Sumo, Luca Prodan.

- El fenómeno de las bandas tributo está muy presente: ¿cómo lo analizan ustedes, es algo momentáneo o llegó para instalarse?

- Lo de las bandas tributo también nos sorprendió a nosotros, el movimiento que generan, hubo varias en la ciudad con la que recorríamos escenarios y ahora quedamos un poco solos. Pero no creo que sea un fenómeno pasajero, me parece que a la gente le gusta recordar y escuchar en vivo a esas bandas con las que quedaron marcados. Nosotros al ser una banda tributo de Sumo, que no fue tan masiva y que no es común encontrar otros tributos, nos abrió muchas puertas. Nuestra forma de hacerlo siempre fue con respeto, haciendo las versiones de los discos grabados en estudio porque en vivo hacían cosas totalmente distintas y quizás muchas personas no lo entenderían.

De todas formas, el deseo de “Beto” es continuar haciendo presentaciones en vivo con sus dos bandas, con las cuales tiene fechas para los próximos meses; además de la intención de instalar el ciclo “San Francisco Blues” que su agrupación blusera comenzó el año pasado y fue un éxito.

Fundador de Viejos Vinagres.
Fundador de Viejos Vinagres.

Unidos por la música y el amor

Así nació el amor de Illusi con Alejandra Garay, su esposa, con quien llevan casados 25 años. Primero fue la música la que los unió y luego, obviamente, el compartir tantos gustos en común y el amor.

Así lo cuenta la propia Alejandra: “A fines del ‘95, un compañero de Ceci -su hermana-, que era nada más y nada menos que Gabriel Romero -actual cantante de Viejos Vinagres-, integraba la Pentatónica Blues Band con Beto. Y buscaban coristas, así que pasaron el dato hasta que nos llegó a nosotras. Fuimos a probar, a la gente de la banda le gustó y ahí conocí a Beto”.

“Yo la acompañaba a la casa -interviene sonriendo Illusi-, porque éramos de la misma edad y ella me invitaba a tomar un café, o charlábamos de música y bueno…”.

Estuvieron algo más de un año de novios y se casaron, Gabriel Romero fue el testigo civil del matrimonio.

Alejandra también forma parte de una familia vinculada a la música, su madre era docente en la materia y desde pequeñas, a ella y a Cecilia les enseñaba jugando a tocar el piano. Luego ambas estudiaron y se recibieron en el Conservatorio Arturo Berutti. “Por suerte con Ceci tenemos buen oído musical y el mundo del blues fue algo que nos atrajo tanto porque era distinto a todo lo que veníamos escuchando, así que lo tomamos como un desafío. Después que nos enganchamos con esta música ya es imposible alejarse”, confiesa.

Junto a Ale, su compañera desde hace más de 25 años.
Junto a Ale, su compañera desde hace más de 25 años.