“Yo me quedo en casa”: se cumple a medias en San Francisco y con mínimos recaudos

A lo largo y ancho del mundo muchos famosos y deportistas se sumaron a las campañas de concientización sobre el lavado de manos y la cuarentena preventiva, en medio de la pandemia de coronavirus. Conscientes de la importancia de evitar la circulación de las personas en las calles, en los últimos días, compartieron en sus redes sociales la consigna "#YoMeQuedoEnCasa".

Sin embargo, en nuestra ciudad el eslogan se cumple a medias en las calles y los espacios verdes, en algunas situaciones con mínimos recaudos.

El Periódico recorrió las plazas General Paz, Vélez Sarsfield y la Costanera, lugares de referencia a la hora de las reuniones de niños y jóvenes como así también para hacer ejercicios al aire libre, en medio del cierre preventivo de gimnasios.

Pese a que en nuestra ciudad la gente todavía puede libremente salir a la calle a realizar trámites, tareas y ejercicios, el Gobierno nacional analiza una “cuarentena total” como la de Italia si crecen los contagios. La paralización obligatoria sería una medida “extrema”, pero el presidente Alberto Fernández no dudaría en tomarla.

Menos gente pero…

En cada uno de estos espacios recorridos se observó una significativa reducción de personas, sin embargo no faltan aquellos que salen a caminar, correr o incluso reunirse en grupos. Estos últimos, toman la precaución de llevar consigo botellitas de alcohol en gel, sin embargo, en su mayoría compartían un mate.

-¿No les preocupa este tema la situación del coronavirus y la recomendación de quedarse en casa?-, preguntamos a un tres jovencitos reunidos en la plaza General Paz.

La respuesta fue mostrar una botellita de alcohol en gel, como si solo eso bastara para evitar la transmisión de un virus que continúa avanzando y que para cortar la circulación, los especialistas piden evitar los contactos, no solo del mate, sino también la aglomeración de personas y hasta los saludos con un beso.

Sin embargo, uno de los tres jovencitos reunidos manifestó que “No hay que subestimarla tanto-al coronavirus-, en mi casa mi abuela pasa todo el día el alcohol en gel, nos pide que nos lavemos las manos, sobre todo por ella que está en un grupo de riesgo”.

Pese a esto los tres manifestaron no tener temor de juntarse en pequeños grupitos.

“Le tengo más miedo al dengue”

Fue la respuesta de un jubilado de 74 años que caminaba alrededor de la plaza General Paz, pasadas las 17.40 de este miércoles.

Además contó que afronta el aislamiento en soledad: “Día por medio salgo un ratito a caminar y a casa, soy jubilado y en casa hay que cuidarse, lavarse las manos, un poco de alcohol en gel. Este virus preocupa un poco, pero más me preocupa el dengue, que acá cerca ya se murió gente”.

Alrededor de las 18, se divisaban en la plaza Vélez Sarsfield distintos grupos de parejas y amigos diseminados a la distancia. Unas pocas personas caminaban y corrían alrededor.

Otro grupo de tres amigos llegó al lugar con mantas y mates y una botella de litro de alcohol en gel. Todos admitieron que lo ideal sería quedarse en casa, pero coincidieron en que necesitaban  un poco de aire y sol para cortar la rutina.

En la Costanera

Cerca de las 20, era leve el movimiento de personas sobre avenida Cervantes, en la famosa Costanera de nuestra ciudad.

Suspendidas las actividades de los gimnasios, no se observaron grupos de running de más de 10 personas trotando por el lugar. Por el contrario, cada tanto pasaban una, dos y hasta tres personas trotando o caminando.

Al momento de referirse a la situación de porqué, pese a las recomendaciones de quedarse en sus hogares, salían a hacer ejercicios, aducían que lo hacían por necesidad, para “desenchufarse” y que trataban de tomar los recaudos de, por ejemplo, tratar de caminar distanciados, no tomar agua de los bebederos del sector y no acercarse a lugares donde divisaban a varias personas.

“Preocupa, pero también mucho se lo viene inflando en los medios. Creo que si uno se cuida, se puede venir a ejercitarse, el lugar es grande y uno puede andar bien, además disminuyó mucho la gente que venía en este horario”, sostuvo un joven.

De esta manera, algunos sanfrancisqueños continúan una vida casi normal, pese a que los casos van en aumento y las autoridades sanitarias profetizan que “lo peor todavía no llegó”.