Roberto Darío Pettersen (54) se confiesa tímido ante el grabador y de perfil bajo, sin embargo, durante gran parte de su vida sus tareas fueron las de estar alerta y exponerse a situaciones de riesgo de todo tipo en sus roles como guardavidas y bombero voluntario en San Francisco.

“Tomy”, como lo conocen todos, acumula más de 20 años de labor en ambas tareas, aunque en el último tiempo ha dejado de lado el trabajo de guardavidas, luego de sufrir una lesión en su brazo derecho tras un accidente. 

De todos modos continúa activo y en la actualidad se encuentra dando una capacitación en rescate acuático a un grupo de compañeros bomberos.

Se considera un fanático de los deportes, se ha desempeñado en múltiples trabajos previo a su carrera como profesor de Educación Física y es, además, coleccionista de latitas de Coca Cola, que muestra orgullosamente en el garaje de su casa donde además amontona varias cajas de otras marcas desconocidas.

Una vocación que le llegó de pequeño

Nacido en San Isidro, en la zona norte del Gran Buenos Aires, Pettersen llegó a San Francisco a los 18 años junto a sus padres. Era el año 1986 y la idea de la familia era radicarse transitoriamente para luego desembarcar en las sierras cordobesas. “Acá quedamos”, dice entre risas.

Recuerda que su vocación como bombero nació de pequeño: a los 7 años había ingresado al Cuerpo de Bomberos de San Fernando hasta los 14. “No tenía a nadie de la familia que fuera bombero, pero antes los chicos soñábamos con ser astronautas o corredor de autos de carrera, otros bomberos; y siempre tuve esa vocación de querer ayudar a la gente”, asegura.

Y por esas casualidades de la vida, cuando la familia de “Tomy” se mudó a San Francisco, su nueva casa se encontraba justo frente al cuartel de Bomberos Voluntarios.

 “Tomy” Pettersen, el guardavidas y bombero que combate en agua y fuego

Llegado a la ciudad tuvo que realizar el secundario nuevamente ya que, según cuenta, por aquellos tiempos no había correlación entre el ciclo técnico que había realizado y los bachilleratos. Mientras estudiaba por las noches, trabajó como albañil, después en mantenimiento en el predio de los trabajadores judiciales.

Tras finalizar sus estudios secundarios comenzó su carrera como profesor de Educación Física, cuya actividad y capacitación como guardavidas le permitió comenzar a trabajar en distintas piletas de San Francisco.

Más de una década en el Sport

Antes de ingresar como guardavidas en la pileta del Sport Automóvil Club, trabajó previamente en San Isidro y en las ya desaparecidas piletas de Sportivo Belgrano.

“Fueron muchos años de guardavidas en el Sport, más de 14 y desde que arranqué a trabajar en las piletas son alrededor de 20 años de servicio”, enumera.

Sin embargo, un accidente en moto unos tres años atrás, luego de un choque con una camioneta, le dejaría una lesión que lo iría alejando de las piletas. “Desde el club siempre se preocuparon y me iban hablando para volver, pero en ese tiempo inactivo empecé a disfrutar de las vacaciones de verano que no tuve durante tiempo y me parecía que era momento de darle paso a las nuevas generaciones, y así fue”, revela.

- ¿Qué te dejó el hecho de ser guardavida tantos años en una misma pileta?

- El contacto con la gente, el ser conocido, es más, me encuentro chicos grandes que se acuerdan de mí: ‘Me retabas en la pileta’, me dicen. Los conozco de chiquitos, a sus familias, era un ambiente muy lindo. Había familias que se quedaban hasta tarde y te invitaban comer algo en el mismo club, muchos amigos. El compañerismo también entre los guardavidas porque participo en las capacitaciones y doy clases en Fasta, así que siempre estoy ligado al ambiente.

El traje de bombero

Nuevamente por esas cosas de la vida, mientras Roberto trabajaba en el Sport, un grupo de bomberos que conformaban una división de Rescate Acuático iba a entrenar a la pileta del club, por lo que quiso unirse. “Si bien vivíamos al frente, tenías que conocer a alguien para que te facilitara la entrada a la institución, entre charla y charla en la pileta uno de los chicos accedió y me dieron la posibilidad de unirme a Bomberos, eso fue allá por 2010”, estima el entrevistado.

Pettersen ostenta el rango de cabo primero y ha participado de múltiples incendios, accidentes y procedimientos a lo largo de más de 20 años. Pero a su vez, su inquietud y ganas de superarse lo llevaron a capacitarse continuamente, sobre todo en tareas de rescate acuáticos.

- Estás habilitado para combatir en agua y fuego…

- (Asiente entre risas) Podría decirse. Pero todas las capacitaciones que pude hacer, que fueron muchas, se dieron gracias a las autorizaciones de mis superiores, jefes y autoridades de Bomberos, porque todo debe analizarse y conlleva su sacrificio.

 “Tomy” Pettersen, el guardavidas y bombero que combate en agua y fuego

- ¿Cuánto carretel creés que te queda como bombero?

- La situación es que como bomberos a los 55 años ya deberías ir como dando un paso al costado y se conjuga con los años de servicio. Tenés que tener 25 para que te adjudiquen una jubilación. El hecho es que yo entré en 2010 y estoy más cerca de los 55, mi idea es seguir activo. En mi estado, que siempre hice deportes, creo que tengo carretel para un tiempo más, me siento bien. Y a futuro, también, obviamente que luego de charlarlo con los jefes y autoridades, sería continuar como instructor. Pero bueno, eso será más adelante.

-De todos modos ya estás capacitando a compañeros en actividades acuáticas

- Retomamos este año con un grupo de bomberos y bomberas las actividades acuáticas, gracias a la Municipalidad de San Francisco que nos permite utilizar las piletas del Polideportivo. Si bien no contamos con aguas abiertas en la ciudad, pero nuestra zona de intervención incluye el río Xanaes y la laguna de Mar Chiquita, entonces es importante que nuestro personal esté entrenado en lo que tiene que ver con las técnicas acuáticas como así también en todo lo nuevo que se fue incorporando en los desagües pluviales y lagunas de retardo. Es importante entrenar y capacitarnos para técnicas de rescate, de búsqueda, en utilización de equipamiento y a su vez en la parte física.