La Iglesia reclamó a la dirigencia política generar "un clima de fraternidad", en el marco de la misma realizada en la Basílica de Luján y de la que participa el presidente Alberto Fernández y su Gabinete, pero sin representación opositora.

"La fraternidad es un don y una tarea, difícil, compleja, pero necesitamos darnos un clima de fraternidad", sostuvo el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig.

El jefe de Estado se encontraba sentado en primera fila del importante templo católico, con el ex mandatario Eduardo Duhalde sentado a su izquierda y la referente de Madres de Plaza de Mayo Vera Jarach.

La "Misa por la Paz y la Fraternidad de los Argentinos" había sido impulsada por el intendente oficialista de Luján, Leonardo Boto, para repudiar el intento de asesinato sufrido por la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y para intentar pacificar el escenario político.

Pese a que se cursaron invitaciones a dirigentes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, sólo se sumaron los alineados con el Gobierno.

Además de los integrantes del Gabinete, estuvieron el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, también acompañado por su equipo de gestión; intendentes; y referentes de organismos de derechos humanos; entre otros.