¿Por qué? La pregunta que me formula una niña de diez años. Casi con miedo. Ella no es tan pequeña como para no darse cuenta de algunas cosas. Ella no tiene tanta edad como para darse cuenta de otras.

Pero la pregunta es legítima. ¿Por qué? ¿Por qué quisieron matar a Cristina (Fernández)?  Y que la pequeña lo pregunte …Y se nos hace un nudo en la garganta y en el estómago.

Porque nos preguntamos eso desde el viernes, nos lo preguntamos como si fuera una pregunta retórica y no lo es. Porque sabemos y conocemos la respuesta de antemano.

“No es justo”, dice. Y entonces, con dolor, se nos hace grande la palabra justicia para que quepa dentro de un juez. Se nos hace inservible la justicia para que la representen papeles y escritos, papeles que no dicen nada o que dicen mentiras formales tantas veces. Tantas veces en contra de Ella.

Y vuelve la pregunta formulada mil veces, respondida millones de veces. ¿Por qué?

Y se nos mete en la sangre y la amarga. Y nosotros sabemos. Y la niña de diez años no entiende el porqué y lo percibe injusto, porque sus padres tienen una casita por ella y se tomaron la foto frente a sus cimientos, los de su hogar.

Porque la vieron crecer ladrillo por ladrillo, con esperanza y con paciencia. Y dijeron “gracias”. Y siguen diciendo gracias. Como tantos. ¿Y entonces, por qué?

Porque la niña no sabe lo que significa oposición y explicarlo en pocas palabras no es fácil hoy. Y su madre le dice: “Es el grupo de gente que no piensa como nosotros, que tiene y practica otras ideas”. Pero, ¿por eso entonces?  ¿Por eso un hombre con una pistola le apuntó y gatilló tan cerca a nuestra Presidenta y casi la mata?  (Ella no entiende aún mucho de cargos, para ella es siempre la presidenta)

¿Por qué? Y nosotros, adultos, damos la respuesta que en su pureza la niña no comprende: porque ella nos benefició, porque ella amplió los derechos del pueblo, porque ella defendió nuestra patria aun a costa de ella misma y de su propia salud.

Porque siguió pese a que su compañero había muerto luchando en sus mismas luchas. Pero siguió para ser siempre ella misma. Porque miles y miles de leyes salieron para nosotros ampliando derechos para que pudiéramos empoderarnos, para que pudiéramos elegir con quien casarnos sin sentirnos soslayados, para que pudiéramos tener una casa, como la de ustedes, para que pudiéramos tener un aparato de aire acondicionado en verano y un calefactor en invierno, que solo podían antes adquirir los más pudientes.  

Para que todos, todas y todes pudieran vivir mejor. Para que los chicos pudieran ir a la escuela y aprender con la pancita llena. ¿Por qué entonces, quisieron matarla?

¿Quién le dijo a ese hombre que apuntara al rostro de Cristina y tratara de matarla? ¿Quien o quienes? Muchos. Porque ella representa los valores que hay que defender y que aquellos odian. Porque odian. Mucho. Porque a pesar de la oposición que la odiaba y amenazaba, de los diarios, de casi todos los medios de nuestra Argentina, ella sigue en pie, con valor, con valentía, con no solo una pistola apuntando a su cabeza, con miles de proyectiles que de todas formas, maneras y colores intentan derrumbarla, verla muerta o presa.

Dicen y es mentira, quieren verla muerta, quieren que lo que ella representa muera, quieren que la democracia que nos costó, a pesar de ellos, muera. Quieren que mueran todos nuestros sueños, como quisieron que murieran los sueños de todos los que otrora desapareció la dictadura y que ella puso en valor y en vida.

Porque a los 30 mil no pudieron enterrarlos, ni desterrarlos y están en la memoria de todos por ella; ellos están entre nosotros porque la democracia dejó de ser para la señora solo una palabra, se transformó en hechos palpables, en presencia. Y nuestros desaparecidos y muertos están en la verdad que sacó a la luz con su compañero Néstor y en la Justicia que puso en el banquillo y después en la cárcel a los represores asesinos.

Memoria, Verdad y Justicia fueron el eje de su gobierno. Eso lastimó a los mal nacidos, eso los agravió y los llenó de odio. No querían eso. No querían juicios. Querían muerte, querían olvido. Y no sucedió.  

Y la campaña que comenzaron aquellos pidiendo el exterminio de nuestros hermanos presos, torturados, asesinados, continúan en contra de quienes mejor defendió la justicia (como valor), con quien desde siempre y a costa de su propia vida, defendió la democracia. No para ella, sino para todas y todos. Para que el “Nuca más” fuera Nunca Más. Y no maltrató a nadie, como sí lo hizo esa derecha que quiere llamarse oposición (y que se llama asesina) y no agravió a aquellos que pensaban y piensan diferente. Y no asesinó como intentaron con ella y no metió horcas en la plaza de mayo. No hizo tapas con nadie en ninguna posición irrespetuosa como hicieron con ella. Jugó limpio, solo nos dio derechos, nos enseñó a empoderarnos, nos hizo recrear la militancia pura, nos hizo sentir que la democracia vale la pena, que la lucha vale la pena. Todo lo vale porque es para todos, porque debería ser para todos, todas y todes.

¿Por qué? Se reitera la pregunta. ¿Entonces, por qué?  Porque somos muchos aun los que resistimos. Porque ella, esa mujer representa lo que muchos queremos y defendemos; porque amamos a Cristina, porque los bien nacidos amamos la democracia. Y ellos, aquellos, no.

Edelveis Almada

Abogada e integrante de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia San Francisco.