Sebastián Scolari cerró una nueva etapa en su extensa carrera, esta vez en Central Córdoba de Santiago del Estero, que lo tuvo como coordinador de divisiones inferiores y de reserva durante estos últimos dos años y medio.

El entrenador y PF sanfrancisqueño valoró esta experiencia en el fútbol de primera división que tuvo como objetivo principal asentar al Ferroviario en el fútbol de AFA a través de un largo proceso integral que ahora continuará sin él.

"Fue un año hermoso desde todos los lugares y como siempre digo de mucho aprendizaje, la experiencia fue muy linda si bien el trabajo es duro y es muy largo con demasiadas horas al día porque no es fácil coordinar todo lo que es reserva e inferiores, pero fue un año extraordinario porque llevaba dos años en el club. La parte más linda fue poder ver todos los días fútbol de primera en vivo, que para mí eso no tiene precio, sumado a todos partidos de reserva los fines de semana y las seis categorías (cuarta, quinta, sexta, séptima, octava y novena), no me tocó trabajar tanto en campo, pero sí en la coordinación", explicó.

- ¿Se alcanzaron los objetivos personales y deportivos?

Sí, acabo de terminar el vínculo del club, estoy esperando propuestas nuevas, pero me vine muy satisfecho con respecto a los objetivos que nos habíamos planteados en dos años y medio. Pudimos empezar a participar en AFA que no es fácil contra clubes que llevan muchísimos años, el primer año con respecto a resultados costó mucho, pero ya en el segundo año pudimos estar arriba de seis equipos, pudimos darles herramientas a los jóvenes para que crezcan en inferiores. 

En reserva el primer año salimos últimos en la tabla y el año anterior llegamos a la semifinal, el crecimiento a nivel personal y del club fue enorme y exitoso desde el rendimiento y resultados.

- ¿Cómo se coordina con la primera división teniendo en cuenta que por ahí cambian los entrenadores?

No es una tarea fácil. La primera tiene sus objetivos que van en correlación con el club, pero es algo aparte donde llegan los cuerpos técnicos que bajan su línea de juego y uno se tiene que amoldar a eso, lo más importante es tener un buen diálogo y comunicación profunda, constante y diaria para que los entrenadores que vengan puedan ver los jóvenes que tenemos, darles oportunidades nosotros interactuamos mucho tanto en la etapa de Rondina como en la etapa de Balbo, hacíamos fútbol constantemente para que ellos vean a todos los jugadores, para que vean el crecimiento. También apoyando, viendo la necesidad que tenía el club en los puestos donde podíamos nutrir desde abajo para que el club no gaste tanto dinero y acomodándonos con ellos... Recibimos una gran apertura de estos dos cuerpos técnicos y gracias a eso el trabajo tuvo continuidad.

- ¿Cuáles fueron los desafíos que tuvieron que enfrentar en ese proceso de integrarse a AFA con inferiores?

Lo que más nos costó es lo económico, hay que viajar todos los fines de semana de marzo a noviembre con alrededor de 22 horas de viaje en colectivo, costear hotel, la alimentación de 60 chicos y de los profes... pero fue muy enriquecedor porque la provincia no había tenido la posibilidad de estar en AFA anteriormente y fue su primera vez, también poder recibir a equipos como Lanús, Boca, Vélez y tener que comprender que había que tener paciencia porque el resultado no iba a llegar de manera inmediata, necesitábamos sumar experiencia y que el chico empiece a jugar en ese nivel, la mayor diferencia que encontrás con estos clubes, más allá de la infraestructura, los lugares de entrenamiento o calidad de jugadores, es la intensidad con la que se juega, quizás en estos lugares donde no se compite en AFA se juega a una intensidad más baja y cuando competís contra estos equipos sabés que a lo mejor necesitás jugar a un toque o apoyarte en los trabajos técnicos de recepción, control de los perfiles para ser más vertical y atacar; muchas cosas que al principio hacen que vos no encuentres el resultado, pero con la paciencia de que verdaderamente íbamos por el buen camino.

Hemos achicado los márgenes, se perdía por goleada en algunas categorías, pero había que dar vuelta la página y ver el crecimiento. La cuarta y la sexta fueron las mejores ubicadas y de a poco nos fuimos acercando a estos clubes que hace muchísimos años que no solo trabajan con inferiores sino también sacan muchos jugadores para la primera, así que estoy muy contento por lo hecho...

- ¿Qué te deja a vos como profesional este proceso?

Hacía mucho tiempo que no coordinaba, lo hice en mis inicios. Fue volver a entender que uno trabaja con seres humanos, que tiene a cargo 300 chicos, 50 profes, médicos, kinesiólogos, nutricionistas y un poco el rol del coordinador es eso; que todas las personas que pertenecen al proyecto entiendan sus roles y funciones, interactuar con ellos, mediar; más allá de también tener que buscar jugadores, estar en el día a día. Es un trabajo muy desgastante por la cantidad de tiempo que hay que dedicarle, pero a la vez muy satisfactorio por el resultado que no es algo urgente, uno piensa a mediano y largo plazo. Y para mí fue muy lindo haber podido en una semana por ejemplo estar en las 6 categorías de AFA, más reserva y primera, mas las seis categorías del torneo local; no deja de ser importante el aprendizaje de poder ver fútbol todo el tiempo, estar actualizado y poder comparar lo que uno tiene con el que competís.

Detalles que se aprecian de cerca. "Un día viene River a jugar de local en primera división, recién aparecía Julián Álvarez, bajé al campo para ver la entrada en calor porque quería ver cosas de él y después me quedé a ver el partido desde adentro y ahí uno aprende una barbaridad. No le entraban los pantalones a Julián de los cuádriceps que tenía, son cosas que desde la tribuna quizás no la podés apreciar del todo y en la tele mucho menos. Ahí uno entiende el por qué de la velocidad que tiene, que es el primer defensor, su capacidad aeróbica y que no solo pasa por la técnica. Son cosas que uno las puede apreciar en vivo en la cancha", dijo Scolari.

- Hablando de Julián ¿Qué pudiste ver del Mundial?

Siempre miro todo. Los Mundiales marcan épocas con los sistemas de juego y uno los mira desde el análisis, no tanto desde el lado del hincha. Por supuesto que juega Argentina y uno lo mira con la familia y quiere que gane, pero vi un Mundial bastante parejo, cerrado y con algunas sorpresas y lo mejor de Argentina fue para mí que durante el transcurso de la Copa acertar en el momento de cada jugador, poner a los mejores jugadores y después ver qué sistema utilizo y qué rendimiento le saco a cada jugador, creo que ahí estuvo el secreto de Argentina, a mi modo de ver estuvo en poner a los mejores jugadores en el terreno y después vemos si va a jugar de media punta, interno, externo, la sencillez de un entrenador de conducir, pensar primero en un grupo que ante la primera derrota el mensaje fue el mismo donde el grupo pedía que confíen y ellos tenían un seguridad interna que se fue desarrollando, sufrimos más de la cuenta con Holanda y en la final con Francia, pero pudimos sacar dos o tres jóvenes de 21 años que hoy los mira todo el mundo y que es muy enriquecedor para nuestro fútbol también.

- Claro, porque antes del Mundial quizás no nos esperábamos a Julián Álvarez como titular, a Mac Allister, a Enzo Fernández...

Creo que ahí está la virtud del cuerpo técnico. Es decir, hace seis meses ocurría tal cosa, ahora hay que ver el presente de hoy para jugar y ahí dieron en la tecla, en poner a los que mejor estaban. Obviamente que no es fácil descubrirlo, pero había que tomarlo como premisa más allá de los nombres y la historia personal de cada uno, fijate lo que pasó con Di María que se pierde gran parte del Mundial por una molestia, lo esperaron, todo el mundo quería que juegue y el entrenador dijo "no, va a jugar la final" pensando que íbamos a llegar y fue la figura. De eso se trata, de armar el rompecabezas que no es fácil y de no poner apellidos por sí mismo, si no por su rendimiento actual.

- ¿Qué esperás para lo que viene en el plano personal?

He pasado por varios roles y eso me enseñó mucho todo el tiempo. En este momento quiero disfrutar un poco de la familia, los afectos, los amigos porque uno estuvo un poco lejos en estos años, pero siempre con la cabeza pensando en alguna nueva oportunidad. 

Si pudiera volver a elegir me gustaría volver al campo, dejar la coordinación y volver a trabajar en el día a día en el campo, pero puede aparecer un proyecto tentador desde la coordinación y no cierro las puertas. 

- Central Córdoba logró el ascenso y recién después tuvo que armar la estructura de inferiores, predio y demás. Sportivo Belgrano hace el camino inverso ¿Cómo ves ese proceso?

Sí, coincido totalmente. Sé hacia a donde va la idea de Sportivo y es lo más correcto que hay, están haciendo las cosas muy bien en Sportivo Belgrano. No solamente se trata de contratar jugadores, que vengan y jueguen, hay que tener una base atrás, pensar en los jóvenes, desarrollar, hacer el embudo bien ancho y después van llegando los que verdaderamente tienen condiciones. Creo que el proceso de Bruno Martelotto fue ese, apostar por jugadores nuestros, de acá, por supuesto que los resultados no llegan de un día para el otro, la paciencia del espectador y del hincha no es fácil de manejar porque se pretende ganar domingo tras domingo, pero hay que pensar en los procesos y dejarle algo al club, creo que el club creció mucho en paralelo, yo me fui, volví y ahora hay canchas de pádel, sintéticos nuevos, obras que se están haciendo y todo eso ayuda al crecimiento del club.

Tengo la suerte de que mis dos hijos juegan en inferiores de Sportivo Belgrano y estoy verdaderamente muy contento con trato y la educación que se les da, más allá de que el día de mañana puedan jugar al fútbol o no, pero es una etapa de formación donde verdaderamente ellos vienen muy felices a casa y eso me muestra que están haciendo las cosas bien. Después podés llegar a la final del torneo absoluto, ganarlo o no, bueno eso es secundario, pero es aportar a la formación del ser humano, enriquecer y tratar de que mucha gente vaya al club para que cada vez tengamos más hinchas, sentido de pertenencia...

"Quiero agradecer a mi familia, esta no es una profesión fácil, cuando uno está lejos te perdés muchas cosas, tengo siempre el apoyo incondicional de ellos, de mis amigos también y eso es lo que me hace renovar energías día a día para volver a salir y volver a trabajar de esto", concluyó Scolari