Bruno Martelotto, futbolista de vasta trayectoria a nivel internacional, decidió retirarse de la actividad profesional en los últimos meses aunque el destino quiso que siga ligado al deporte pasión de multitudes. Esta vez no dentro del rectángulo de juego, sino desde el costado, dando indicaciones.

El sanfrancisqueño, que cumplirá 35 años el próximo 11 de marzo, incursionará desde esta temporada como director técnico. Tendrá a su cargo la categoría juvenil de Sportivo Belgrano que competirá en la Liga Regional.

Martelotto se sumó al club en septiembre trabajando en la captación de los chicos categoría 2004 que finalizaban el Baby Fútbol. “Es un intercambio permanente de conocimiento, ellos me van a ayudar a mí que estoy haciendo mis primeras armas como entrenador y yo trataré de hacer lo mismo con ellos, volcarles la experiencia que yo tuve como profesional”, aseguró.

Bruno entiende que en esta etapa por la que transitan los adolescentes, la formación de futbolistas profesionales va más allá de ganar o perder y que lo importante es brindarles herramientas para completar una formación integral, no solamente desde lo futbolístico sino de otros aspectos que hacen a la proyección. “El objetivo va más allá de resultados deportivos, pretendemos en primer lugar otorgar herramientas para que a futuro puedan desenvolverse en la actividad profesional”, declaró Martelotto, quien decidió retornar a la ciudad junto a su familia  y colgar los botines al darse cuenta que ya no sentía lo mismo y hasta le costaba ir a entrenar.

Un malayo más

Los gajes de la profesión hicieron que Bruno y su familia pasaran seis años y medio en Malasia, una tierra ignota para la mayor parte de los argentinos. Allí vistió las camisetas de Penang Islanders, MPPJ Selangor FC y ATM FA, logrando un total de cinco títulos.

“Es un país maravilloso, con una cultura diferente y con gente muy buena, nos han tratado muy bien. En cuanto a lo rutinario y a las comidas, manteníamos las culturas y comidas de acá, mis hijos se adaptaron muy bien fueron a sus colegios, una experiencia muy linda, poder viajar y conocer diferentes países, muy enriquecedor”, añadió.

Privilegiado

En sus 12 años de carrera deportiva, el volante sanfrancisqueño compartió equipo y enfrentó a muchísimos jugadores. A pesar de la vasta cantidad de jugadores que pasaron a su lado, decidió destacar a dos de ellos. “Tuve la suerte de compartir cancha con el ídolo de mi niñez y adolescencia, Marcelo Salas, cuando debutaba en la Primera de Chile con Antofagasta; fue impactante. Además, Eugenio Mena fue un durísimo rival”, finalizó.