El aroma a comida casera invade cada semana al barrio Vélez Sarsfield. Proviene de la esquina de su calle homónima y Juan José Paso, donde una cantina con estilo de bodegón cumple con el refrán “panza llena, corazón contento”. Así suelen salir sus clientes: satisfechos y felices.

La causa no se debe a secretos culinarios guardados bajo siete llaves, aunque en la cantina de El Vélez pueda haberlos. La fórmula está en la variedad y en la abundancia de sus platos de comida casera. “El Vélez es barrio, puro barrio, sin la gente de acá no estaríamos vivos todavía”, asume Iván Bagnasco (35), quien está al frente del histórico comedor familiar que fundaron sus padres Mercedes y ‘Tito’ Bagnasco.

El Vélez: comida casera y abundante, también alma de barrio

Es que Iván reconoce que la pandemia los tuvo agonizando por un tiempo y debieron tejer distintas estrategias para sobrevivir. Y ahí es donde resalta la ayuda del “boca en boca” de los vecinos de Vélez Sarsfield, sus alrededores y también de sus proveedores.

Hoy, en otro escenario que se asemeja un poco a la normalidad de la prepandemia, Bagnasco reconoce que la vacunación le jugó a favor también en su negocio, ya que los clientes volvieron a salir a comer, como se dice, afuera: “Empezó a volver al comedor la gente, se estabilizó el delivery que sigue con su promedio normal y lo que son eventos logramos cerrar casi dos meses completos en estos quince días”, celebró.

Comida casera y abundante

Las hornallas de El Vélez, cantina nacida en el epílogo de la década del ochenta, cocinan una amplia variedad de menús, sus clásicos y otros tradicionales que decidieron hacer marchar. Pero también, por la curiosidad de Bagnasco, se permiten “jugar” con nuevos sabores para mejorar la oferta.

“Probamos cosas nuevas pero el cliente nos sigue pidiendo los clásicos, los que no olvidamos porque la impronta está y saben que acá van a comer en cantidad”, asegura y agrega: “A veces con las entradas estamos haciendo desafíos, decir al cliente ‘probá esto que no probaste antes’. Con el delivery empezamos a hacer la milanesa napolitana que no hacíamos porque buscábamos otra cosa y se convirtió en la vedette. Es lo más pedido que tenemos, entonces fue una sorpresa y estuvo genial”.

El Vélez: comida casera y abundante, también alma de barrio

Respecto a los eventos, el gastronómico indicó que cocinan con la misma lógica: “Tenemos una cocina muy tradicional, con la entrada de fiambre, el pollo a la espada, pero estamos probando cambios de recetas. En el comedor, por ejemplo, estamos incluyendo pescados y mariscos para salir un poco de lo que ya se hace. Pero claro que seguimos manteniendo los clásicos, lo que venimos haciendo y en lo que nos destacamos”, remarca.

Iván aclara que más que innovar lo que pretende es adaptarse a nuevos clientes pero también al de siempre que puede ir modificando su paladar: “Hay muchos programas de cocina, mucha gente que viaja y que prueba otras cosas. Cuando era chico, el vino era tinto o blanco en la mesa, hoy es distinto, se habla de las uvas, del varietal. Pasa lo mismo con la cerveza. Y con la comida la gente prueba nuevos platos, pero también hay otra filosofía de vida. Por ejemplo, hoy tenemos el mismo consumo de carne que de verdura, ya no es la ensalada mixta, probamos también con otras verduras y platos sin carne”.

Días de comedor y de delivery

El Vélez funciona como comedor los martes, jueves y viernes. Con el delivery (Cel: 3564662309), los jueves, viernes y sábados.

Bagnasco recomienda siempre reservar la mesa, sobre todo aquellos que quieren algún plato especial y porque además los menús son rotativos.

Entre las alternativas se encuentran unas diez variedades de empanadas, más de 30 platos en carne y 20 en pastas. También menús sin carne. El pollo al ajo, por ejemplo, es un reconocido menú de la casa. Y con la llegada del calor, se suman las picadas y cazuelas.