En otras circunstancias, las calles de Quito estarían más tranquilas que de costumbre, con ecuatorianos que disfrutan de un día de descanso por el feriado nacional. Ayer, sin embargo, la capital de Ecuador lució un semblante descompuesto: mostraba hombres cojeando, cubriéndose las cabezas y las bocas para protegerse de los gases y levantando los brazos en alto para fracturar piedras contra el piso y lanzarlas a la Policía. Al atardecer, el presidente Lenín Moreno volvió a hacer un nuevo llamado al diálogo directo.

En cadena de radio y televisión, el mandatario dijo: “Es indispensable frenar la violencia. Hay que encontrar soluciones para los problemas del país y sobre todo del campo. Hago un llamado a los dirigentes a dialogar directamente conmigo. Sentémonos para conversar”.

“El país debe recuperar la calma, que el país sepa que tenemos la voluntad de diálogo, pues aquí está la mía”, subrayó.

Las protestas y el llamado presidencial se produjeron luego de un paquete económico decretado el 1º de octubre que quitó un subsidio de 1.300 millones de dólares para los combustibles, lo que generó un sustancial incremento del precio de esos productos.

Las fuertes protestas de la jornada se produjeron en las inmediaciones de la Asamblea, la cual está localizada frente de un hospital y de una maternidad estatales, afectados por gases lacrimógenos y por los estruendos generados por la Policía y los manifestantes. No se reportaron situaciones de gravedad al interior de esos centros.

Por ello, el defensor del Pueblo, Freddy Carrión, en un mensaje dirigido a los ministros María Pula Romo, del Interior, y Oswaldo Jarrín, de Defensa, exigió el cese inmediato de los operativos y el “ataque con armas disuasivas” en las inmediaciones de esas instituciones, así como de universidades.

Días de protesta

Los indígenas de Ecuador protestan desde el lunes en ese sector, donde la confrontación dejó un saldo de personas con problemas de asfixia, contusiones y heridas de diversa magnitud que recibieron atención por parte de personal de asistencia médica de las universidades y de la Cruz Roja.

Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), se quejó de la represión y acusó al Gobierno de que “mandan a asesinar a la gente que lucha por sus derechos”. “Nos dan (agreden) con balines de goma y esto vamos a entregar a Naciones Unidas, para que no digan que es mentira”, agregó.

Los indígenas buscaban tomar la Asamblea, que esta semana ya controlaron momentáneamente, y avanzar al Palacio de Gobierno, ambos sin funcionarios.

El presidente Moreno transfirió su gobierno de Quito a Guayaquil en días pasados a causa de los disturbios.

A pesar de todo, las protestas no parecen amenazar la continuidad democrática del país. Ayer, el presidente de la Asamblea, César Litardo, dijo que todos los legisladores tienen “la posición firme de respeto a la estabilidad democrática y de que la Asamblea sea garante de ese derecho que tienen los ecuatorianos”.

En las últimas horas llegó a la capital un millar de indígenas de la Amazonia para aumentar la presión sobre el Gobierno, lo que desató la tensión tras el decreto de un paquete económico con duros ajustes fiscales.

Los enfrentamientos ayer se produjeron al inicio de un feriado nacional de tres días en medio de una virtual paralización y con una incertidumbre política debido a las protestas sociales que se han extendido por más de una semana.

Fuera de las zonas de choques, la capital y otras ciudades lucían desoladas, no sólo por el feriado, sino también por la casi nula actividad, a lo que se sumó la suspensión de actividades en escuelas y universidades a causa de las manifestaciones.

Miles de indígenas permanecían concentrados en la Casa de la Cultura y en universidades cercanas para seguir protestando.

La postura indígena: se mantienen firmes

El movimiento indígena informó que sólo aceptará dialogar con el presidente Lenín Moreno cuando este derogue el decreto que elimina los subsidios a los combustibles.

En un comunicado público, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, que tiene a unos 10 mil miembros movilizados, puso la derogación del decreto 883 como condición sine qua non para entablar el diálogo directo que el mandatario les había ofrecido.

Fuente: La Voz del Interior