La evolución de las distintas líneas de préstamos al sector privado en la provincia de Córdoba, a lo largo de 2018, fue un reflejo de las dificultades financieras y de la caída de la actividad económica.

En la asistencia financiera a las personas físicas, el stock de préstamos del sistema financiero creció trimestre a trimestre en términos nominales, pero, si se lo compara con la inflación, hay una evolución positiva hasta fin de junio y en el último semestre se pierde más que lo ganado.

Los individuos concentran dos tercios de los créditos otorgados por el sistema financiero y, dentro de esa composición, más del 61 por ciento es financiamiento al consumo (préstamos personales y con tarjetas de crédito).

Se trata de uno de los segmentos más golpeados por la crisis de 2018, por la retracción del gasto familiar y por la fuerte suba de las tasas de interés. Durante el año pasado, los préstamos aumentaron sólo 20,6 por ciento en términos nominales (los personales, incluso cayeron el último trimestre), lo que implica una pérdida del 18,3 por ciento al descontar la inflación, que fue de 47,6 por ciento durante 2018.

Sin corregir las variaciones por el índice de precios, la deuda con tarjetas de crédito mostró un salto de casi dos mil millones de pesos en el último trimestre, a un ritmo mayor que el resto del año. Esto obedece a la suba de la tasa de interés, que encarece los saldos que los consumidores no pagan al vencimiento y financian hacia adelante.

Entre los préstamos para la compra de bienes durables hubo un comportamiento diferenciado por rubro. Los prendarios, en sintonía con la baja en la venta de autos, tuvo una leve reducción nominal a lo largo del año, con una caída de 32,7 por ciento en términos reales (descontada la inflación). Por su parte, el stock de créditos hipotecarios se duplicó hasta mediados de año, pero cayó en el segundo semestre.

De todos modos, la comparación interanual al finalizar 2018 arroja una suba de 89,3 por ciento nominal (de 9.104 millones a 17.230,9 millones) y de 28,2 por ciento por encima de la inflación.

El otro segmento que subió en términos reales es el de documentos a sola firma, con un salto en el tercer trimestre de 2018 y un saldo anual de 83,8 por ciento de incremento nominal y de 24,5 por ciento real.

La deuda de las familias con entidades financieras ubicadas en la provincia pasó de 60.459,7 millones de pesos al cierre de 2017 a 81.830,4 millones un año después, con una suba nominal de 34,7 por ciento, según el Banco Central. Al considerar laevolución de los precios, se evidencia una caída real de 8,8 por ciento.

La evolución en porcentaje  es muy similar en el segmento de las personas jurídicas (empresas y organizaciones), que pasaron de 30.180,8 millones de pesos a fin de 2017 a 41.934,7 millones en los 12 meses siguientes. En este caso, en el último trimestre hay, incluso, una caída nominal respecto del último día de septiembre.

Empresas con menos crédito

Por el lado de las empresas, el balance 2018 también fue negativo. El saldo del financiamiento a las personas jurídicas cayó en todos los segmentos y en todos los tamaños de establecimientos.

Al igual que en los individuos, los préstamos prendarios fueron los más castigados, con una reducción nominal de 5,1 por ciento y una pérdida real de 35,7 por ciento.

Los créditos hipotecarios, por su parte, también crecieron hasta junio, como los destinados a las familias. Pero la baja de la segunda mitad del año no compensó la pérdida inflacionaria: el avance nominal de 38,7 por ciento se tradujo en una reducción real de 6,1.

En tanto, la financiación del capital de trabajo de las compañías mostró un avance hasta mitad de año en los adelantos de cuenta corriente y hasta el tercer trimestre en los documentos. Sin embargo, luego comenzó con una retracción que se reflejó en los períodos siguientes.

En términos reales, el giro en descubierto cayó 7,4 por ciento en todo el año.

En cambio, los préstamos documentados –la principal fuente de financiamiento bancaria del sector empresarial, con más del 65 por ciento del total– terminaron levemente en alza para los pequeños y medianos emprendimientos (0,2 por ciento real), pero bajaron 8,5 por ciento para el resto de las empresas.

Fuente: La Voz del Interior