Varias mazas y cuchillos de distinto tamaño, entre otras herramientas, fueron secuestrados en las últimas horas en la vivienda de Marcelo Ferraretto (51), el hombre que admitió haber asesinado a su pareja, Ana Rosa Barrera (46). La mujer, quien se encontraba desaparecida, fue encontrada descuartizada y enterrada, el pasado viernes, en un basural de las afueras de Córdoba capital, a la vera de la ruta 5, rumbo a Alta Gracia.

Se sospecha que fue asesinada a golpes en la cabeza.

Para dar con el cadáver, fue determinante el testimonio del propio Ferraretto, quien terminó admitiendo ante los pesquisas haberla matado, según confiaron fuentes de la investigación.

El secuestro de las herramientas, medida realizada el fin de semana en la casa donde residía la pareja y que está ubicada en la localidad de Los Cedros, a pocos kilómetros de Alta Gracia, fue ordenado por el fiscal Alejandro Peralta Ottonello.

El funcionario judicial quiere determinar con qué elementos se dio muerte a la mujer.

También se secuestraron vehículos para comprobar, mediante peritajes de Policía Judicial, cómo y en qué rodado fue trasladado el cadáver hasta el basural.

Ana Rosa, madre de cuatro jóvenes de una pareja anterior, desapareció el pasado domingo 28 de mayo. Aquella noche, había ido con Ferraretto, con quien era pareja desde hacía 10 años, a la casa de un primo en Villa Allende.

Según testigos, hubo una fuerte discusión motivada por celos del hombre para con ella.

La discusión prosiguió hasta el lunes a la madrugada, ya en la casa que ocupaban ambos en Los Cedros. Allí, tiene claro el fiscal, habría sido el crimen.

La sospecha es que Ana fue asesinada con una maza y luego seccionada con cuchillos.

Tras el crimen, el hombre habría ido a enterrar el cuerpo. Acto seguido, para confundir, habría abandonado el auto de la mujer en barrio Santa Isabel. Luego habría hecho la denuncia.

Un basural conocido

Con testimonios de allegados a Ferraretto, se supo que el basural era muy conocido por el hombre. Allí arrojaba los residuos de su trabajo como tapicero.

Como se informó, abrumado por las contradicciones y las pruebas en su contra, el hombre terminó admitiendo haberle “dado muerte” a la mujer.

Precisamente, él les habría dicho a los pesquisas dónde estaba enterrado el cuerpo descuartizado. Ese basural, según fuentes del caso, ya venía siendo inspeccionado a raíz de distintos testimonios.

Imputado por homicidio agravado por violencia de género, Ferraretto está en la Cárcel de Bouwer y sería indagado esta semana. Su abogado, Gabriel Zaka, indicó que la confesión “no tiene validez”, adelantó que el hombre se abstendrá de declarar y dijo que está “muy quebrado”. “Esa confesión no tiene validez porque no estaba su abogado”, dijo.

 Fuente: La Voz del Interior