Según denunció el abogado Gustavo Utrera Ramos, una exenfermera de un geriátrico testimonió hace unos días en la Justicia que en ese lugar dopaban a los ancianos para realizar transferencias inmobiliarias. Es decir, les hacían firmar el traspaso de su inmueble a otras manos y a precios mucho más bajos.

El año pasado, Germán Aiassa denunció haber sido víctima de esta estafa y por eso decidió presentarse a la Justicia. Indicó que su padre pasó sus últimos días en un geriátrico, ubicado a pocas cuadras del centro, mientras sobrellevaba una enfermedad terminal.

El denunciante declaró que una familiar y un escribano se constituyeron en su lecho de muerte y le hicieron firmar la venta de su casa situada en calle Vélez Sarsfield, al precio vil de 50 mil pesos, siendo que la propiedad había sido valuada en 300 mil. Todo esto mientras el hombre se encontraba sedado con morfina para contrarrestar los fuertes dolores producto de un cáncer con metástasis cerebral.

Según explicó a El Periódico el abogado de Aiassa, Gustavo Utrera Ramos, “la denuncia inicial indica que el padre de mi cliente vende una propiedad a un precio vil de 50 mil pesos, y encima como heredero nunca cobró nada. Lo raro es que la casa salía 300 mil pesos”.

“En la historia clínica sale que le daban morfina. Pero una testigo nos dijo que en ese lugar dopaban a todos los abuelos”, afirmó el abogado.

La testigo que menciona el abogado es una exempleada, de quien dijo que no había querido realizar estas prácticas que se denuncian. Esta mujer – según informó Utrera Ramos- declaró a mediados de la semana en una fiscalía local.

Por otra parte, El Periódico pudo conocer que esta mujer que apareció en estos días como testigo tiene un juicio laboral con los propietarios del geriátrico, ya que había sido despedida del lugar. Este medio logró comunicarse con ella, quien declinó hacer declaraciones  y confirmó que se encuentra en medio de un litigio con la empresa. También intentó comunicarse con los propietarios del geriátrico, quienes derivaron el tema a sus abogados y hasta el cierre de esta edición no respondieron a la denuncia.