Se trata de una Honda Twister, 250 c.c, color roja, que se encontraba en un camino a 500 metros de la autovía, camuflada entre la maleza.

El robo de este tipo de rodados de 150 a 250 cilindradas ya es una costumbre desde el año pasado. Según fuentes policiales consultadas, en nuestra ciudad un 20 por ciento de las motos robadas corresponden a esas cilindradas y las más buscadas son la Honda Twister y la Yamaha IBR.

El modus operandi de los delincuentes es al azar, aprovechando el descuido de los propietarios. Siempre salen de a dos en una motocicleta y cuando visualizan un objetivo sin medidas de seguridad, más allá de la traba del manubrio, el acompañante se baja y con una ganzúa o llave similar llave similar destraba la motocicleta y tras encenderla se da a la fuga.