La semana pasada El Periódico reveló la extraordinaria historia de dos hermanos que aseguran vivir situaciones sobrenaturales. Según contaron, pueden ver y escuchar espíritus o entidades con la claridad con la que se ve a una persona común. Pero además aseguran haber sido sido testigos de otra gran cantidad de hechos, desde objetos que se mueven solos hasta ruidos de pasos invisibles.

La nota provocó muchos y diversos comentarios tanto en la calle como en las redes sociales, de tal manera que se contactaron con nuestro medio otras personas que dicen haber experimentado situaciones similares.

La gran pregunta es: ¿es posible que sea cierto? Ante esto consultamos a un sacerdote y a distintos psiquiatras sobre su visión ante dichos fenómenos.  

“Hay que admitir la existencia de otras dimensiones”

Lo expresó el sacerdote, Sergio Muratore, ante la posibilidad de la existencia de hechos o entidades sobrenaturales.

El padre reconoció recibir consultas de personas que aseguran vivir situaciones o experiencias paranormales. “Muchos lo hacen con cierto miedo. Otros lo asumen y lo viven con cierta naturalidad. Lo más importante es escucharlos, dialogar con ellos e invitarlos a rezar con confianza”, manifestó. Y es que según el religioso “nunca hay que descartar la presencia de lo diabólico en ciertas experiencias o relatos”.

 “Creo que es posible que haya personas que tengan una percepción de ciertas entidades que, para la mayoría de la gente, son imperceptibles. En cualquier caso, es importante distinguir entre la imaginación, la fantasía y la verdadera capacidad de ver o estar en contacto con realidades de otra dimensión”, sostuvo Muratore.

Al ser consultado si la Iglesia reconoce la existencia de espíritus o entidades el sacerdote respondió: “Nuestra vida se desarrolla en la dimensión del espacio y del tiempo pero, además, hay que admitir la existencia de otras dimensiones que están junto a nuestra realidad aunque no tengamos experiencia de ellas”. Y al respecto ejemplificó: “Algunos santos han tenido visiones de espíritus y de las almas del purgatorio, otros de ángeles y demonios. Hubo santos a quienes Dios les regaló la capacidad de poder ver el interior de las personas, de sus historias”.

De todos modos y ante el hecho público del caso de los hermanos, Muratore subrayó que “es importante establecer el verdadero estado de salud mental de las personas que afirman tener este conocimiento con los parámetros que nos aportan la psicología y psiquiatría modernas. Entre la ilusión, la fantasía, las proyecciones y la verdadera percepción de espíritus hay diferencias notables aunque la franja que las separa sea muy delgada”.

“La psiquiatría no acepta los fenómenos paranormales”

Así lo destacan los psiquiatras Nelly Naom y Oscar Cambursano. Y aseguran que las experiencias paranormales se tratan de alucinaciones producidas por varios factores, entre ellos destacan el consumo de sustancias tóxicas o los trastornos de la personalidad.

Según la doctora, médica en el Área de Salud Mental del hospital Iturraspe, “ante una persona que tenga alucinaciones, ya sean visuales o auditivas, vamos a investigar si consume sustancias tóxicas, como marihuana, cocaína, entre otras, que pueden ser disparadores de alucinaciones”, explicó.

“Si se descarta el consumo –continuó-, entonces vamos a investigar si se tratan de verdaderas alucinaciones o falsas. Existen pseudoalucinaciones provocadas por un trastorno de la personalidad que se denomina histriónico. O como vulgarmente se conoce, histeria. En este caso el tratamiento sería muy diferente al de un paciente con verdaderas alucinaciones. Porque el paciente es un neurótico y no un psicótico”, aclaró.

“En el caso de un psicótico –explicó la doctora Naom- , siente las alucinaciones como verdaderas, le pueden ocurrir en cualquier momento del día, puede imaginar a diferentes personas, siempre desconocidas e incluso pueden alucinar también con bichos o animales”, indicó Naom.

Los profesionales sostuvieron que tanto la persona neurótica como la psicótica pueden comportarse normalmente en el trato cotidiano.

En el caso de los hermanos publicado en este medio, para el doctor Cambursano puede tratarse de una influencia de uno hacia el otro. “Uno puede decir: ‘Detrás tuyo hay un ratón’, con tanta seguridad e insistencia que al final el hermano va a terminar pensando que lo hay. Es un ejemplo tonto, pero si esa persona tuviese fobia a los ratones, sería un elemento de una fuerza psicológica importante”, destacó el psiquiatra.

Los profesionales médicos coincidieron en que “la psiquiatría no acepta de ninguna manera los fenómenos paranormales”.

Más testimonios, más historias

Darío (33) afirma que desde su adolescencia padeció situaciones anormales que lo atemorizaban y no lo dejaban llevar una vida tranquila. “Veía sombras negras, que no se podían describir bien, que me atormentaban. Además tenía constantes pesadillas y llegué a temer por mi salud”, aseguró. 

Para el joven, las entidades eran enviadas por brujos que jugaban con su bienestar. “Antes creía en eso e incluso consulté a algunos brujos y creo que eran ellos quienes provocan ese tipo de manifestaciones”.

Sin embargo y pese a todo, Darío aseguró que “con las oraciones fui contrarrestando a esas entidades. Creo que todo lo que me pasó fue porque me encontraba débil espiritualmente”.

Una foto, una sorpresa

Son muchas las anécdotas que quedaron fuera de la nota publicada sobre los hermanos. La siguiente fue la que refirió G. y le sucedió hace unos años. “Con mi señora íbamos todos los días a un kiosco que estaba en la esquina de 25 de Mayo e Irigoyen. Cierto día, el dueño se había comprado una cámara de fotos y nos pidió sacarnos una para estrenarla. Como al mes nos trajo la foto impresa, cuando la miré detenidamente, vi con claridad a una señora que desde atrás nos abrazaba. Era una especie de humo blanco pero con los rasgos bien marcados de una señora de rulos, con un pulóver de tres botones. Cuando le mostré eso a mi viejo empezó a creerme”, relató.