“Me sorprendió todo el cariño”, la emoción de Oscar Francia por la ayuda que recibió
El vecino de 74 años de San Francisco, reconocido por su espíritu solidario, recibió una ola de donaciones tras contar que lucha contra una enfermedad. Agradeció las muestras de afecto y aclaró que no necesita dinero, sino insumos médicos esenciales.
Oscar Francia (74) el reconocido vecino de San Francisco, querido por su calidez y solidaridad, enfrenta una dura enfermedad, y ante la necesidad de insumos médicos, contó su historia a El Periódico y, como era de esperarse, generó una gran respuesta en la comunidad.
"Agradezco toda la colaboración que me han hecho, me sorprendió el cariño de la gente. Necesitaba bolsitas de colostomía y no sé la cantidad que me han donado, pero tengo como para cinco años", expresó emocionado.
Sin embargo, algunas personas también le ofrecieron dinero, algo que no esperaba y que lo llevó a realizar una aclaración: "Mucha gente me está criticando porque en una nota decía que necesitaba ayuda, pero no dinero. Estoy jubilado, vivo con mi hermano en casa propia y es suficiente. Lo que no podía afrontar era el costo de las bolsitas".
Su principal problema era la falta de bolsas de colostomía, un insumo que no venía recibido de PAMI por varios meses. "Ante esa falta, pedía ayuda en Amigos del Bien y Lalcec. Va a hacer dos años en julio que me detectaron la enfermedad".
A pesar de las dificultades, valoró el apoyo de la obra social: "Si yo tuviera que pagar todo el tratamiento de oncología que estoy haciendo, tendría que vender todas mis cosas o morirme. Mis drogas salen 900 mil pesos y a eso hay que sumarle todos los estudios, los controles".
Su mensaje ante la adversidad
Su actitud ante la enfermedad es de lucha y gratitud: "El tumor se achicó gracias a las quimios y se mantiene estable. Así que bueno, la voy tironeando hasta que Dios diga basta", comentó.
A pesar del diagnóstico, mantiene su rutina diaria y su buen humor. "A la mañana hago mandados, me siento ocupado y útil; a la tarde salgo a caminar, yo nunca paré. Estoy disfrutando el día a día que Dios me está regalando. Cada tanto miro para arriba a ver si me vienen a buscar, pero digo: 'Déjense de joder que no quiero irme todavía'".
Incluso recibe comentarios de personas que le dicen que no sabrían qué hacer en su situación. “Yo les digo: '¿Qué se le va a hacer?'. No tengo ganas ni de llorar, estoy contento. Trato de vivir día a día y, total, ese día va a llegar para todos. Por lo menos, el día que me llegue la hora, lo disfruté más o menos bien. Y hago reír a la gente, siempre estoy con buen humor”.