La lucha por el territorio y una venganza narco, la trama detrás de un crimen que llegó a juicio
Ocurrió en Morteros en febrero de 2022. Este lunes empezó la primera audiencia con demoras y cuatro testigos que esperaban su momento, entre ellos dos hijos de la víctima fatal. Cómo se orquestó el homicidio según la parte acusatoria.
Comenzó este lunes el juicio por el crimen de José Luis Cáceres (48), quien fue ejecutado en la madrugada del 13 de abril de 2022, en su domicilio de barrio Urquiza en la ciudad de Morteros. Tenía cuatro hijos, vivía con su madre y uno de sus empleos era en el hipódromo de esa ciudad, aunque habría estado vinculado junto a un familiar a la comercialización de drogas.
Este último dato se desprendió de la presentación de la causa que hizo la fiscal de cámara Consuelo Aliaga, quien vinculó este crimen a una “lucha por el territorio” donde uno de los imputados, Evelio “Yiyo” Ramallo, sindicado como el autor intelectual del homicidio, decidió sacar del medio a Cáceres a quien habría considerado su competencia en el negocio.
Por este crimen, ocho personas con distintas imputaciones llegaron al juicio con jurados populares y tres jurados técnicos.
Además de Ramallo, se encuentran imputados Tomás Julián Lazcano, que en ese entonces tenía 17 años y se lo acusa de haber sido el supuesto autor material (coautoría funcional -ejecutor) del delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego. Junto a ellos aparece Jésica Noel Suárez, imputada como partícipe necesaria del homicidio. A ellas se les suman Magalí Patricia Bertona y Kevin Joel Funes, quienes llegan imputados como partícipes secundarios del delito de homicidio.
Salvo Ramallo que está detenido en un penal de la ciudad de Rawson (capital de la provincia de Chubut) y que sigue la audiencia por teleconferencia, los demás se encontraban este lunes en el edificio de tribunales de San Francisco.
El caso tiene también otros tres imputados por encubrimiento agravado: Luciana Andrea Bustos, Lucila Daiana Cabrera y Joaquín Nicolás Conti.
Los detalles de la noche del crimen
Previo a que los primeros cuatro testigos convocados para este lunes entren a la sala, la Cámara del crimen reveló cómo fue que se orquestó el asesinato de Cáceres.
Se informó que entre la 1 y la 1.30 del 13 de febrero de 2022, por orden de Ramallo, Bertona y Funes fueron hasta el domicilio de Cáceres para cerciorarse de que estuviera en ese lugar. No obstante, recién a las 4 de la madrugada, en “cumplimiento de tareas preestablecidas”, dice la acusación, Suárez junto a otra persona aun no identificada llegan a la casa en moto.
Aparentemente existía entre Ramallo y Cáceres una “disputa” por la venta de estupefacientes en Morteros.
“Sabiendo que Cáceres estaba en su casa se le da participación a Lazcano”, se comunicó en sala. En esos momentos, una serie de ruidos despiertan a la madre de la víctima quien le avisa para que este vaya a ver por la ventana del frente de su vivienda. En ese momento empezaron los disparos desde una pistola calibre 22, que habría manipulado el joven que tenía en ese momento 17 años. Tras el ataque, se produjo la muerte.
Lucha por el territorio
Fue la fiscal de cámara Consuelo Aliaga quien se explayó sobre la línea investigativa que llevó a la imputación de ocho personas.
Le apuntó a Ramallo de dar las órdenes en ese momento mientras se encontraba detenido en un penal de la provincia de Chaco. Cabe recordar que este cumple actualmente una condena de 23 años, acusado de ser un peligroso narco.
“¿Por qué lo mandó a matar? Fue una disputa por el territorio de la droga”, se preguntó y respondió a la vez Aliaga.
Explicó que Ramallo es de Rafaela pero residió un tiempo en Morteros donde “vio una gran oportunidad de negocios que luego siguió manejando ya preso”.
Sobre su manera de actuar, indicó que usa “lugartenientes” en cada sitio y los “convierte en su brazo en la calle”. Aclaró que por lo general estas suelen ser mujeres, apuntando a Jésica Noel Suárez.
Otro detalle que brindó Aliaga es que el asesinato fue parte de un ajuste de cuentas porque Ramallo y su organización creían que además Cáceres era un “bate cana”, es decir, le aportaba información a policías.
“Jesica Suárez es mano derecha de Ramallo, organizó la logística, recibió a sus soldaditos y sicarios como Tomás Lazcano; también tenía esta estrategia de utilizar menores de edad”, agregó la fiscal de cámara.