La policía italiana busca a dos presos que se fugaron de una cárcel el domingo 1 de octubre tras almorzar lasagna a la boloñesa con el papa Francisco durante la visita del Pontífice a Bolonia, en la que compartió una comida con mil pobres y 20 reclusos.

Los dos hombres ya habían cumplido sus penas, pero seguían detenidos y realizaban un programa de reinserción social debido a que las autoridades italianas les consideraban “socialmente peligrosos”.

Ambos estaban en un régimen de encarcelamiento abierto, en un centro especial de reinserción cerca de Módena integrado por reos considerados socialmente peligrosos y toxicómanos.

Según reporta la edición regional del diario Repubblica, ambos italianos ya habían protagonzado episodios de fuga en el pasado, y, una vez encontrados, deberán volver a iniciar el programa de reinserción.