En horas del mediodía se presentó Carlos Cabral, actual comisario de Las Varillas y ex jefe de investigaciones de la policía de Arroyito en la época donde apareció muerta la farmacéutica Lorena Auban. El oficial participó de allanamientos y fue quien recibió la declaración espontánea de Ramona Peludero, mujer que regenteaba una whiskería ubicada entre las localidades de El Tío y Villa Concepción.

Peludero fue quien involucró el 29 de julio de 2007 a Jonathan Arias, uno de los imputados por la muerte de Auban, junto al viudo, Cristian Bizone.

Cabral indicó que conocía a la mujer por haberla visto en la comisaría, ya que el hijo de ésta tenía antecedentes policiales y en ese momento estaba detenido. El policía contó que la mujer se presentó al lugar con los ojos llorosos y le dijo: “Negro no aguanto más, tengo que contarte algo porque ya no puedo dormir”, en referencia al crimen de Lorena. Agregó que Arias le comentó una madrugada, en pleno llanto, en la whiskería “no la quise matar, se me fue de las manos”. Luego expresó que el joven le pidió dinero para irse de Arroyito.

¿Pacto y beneficio?

Es lo que la defensa le preguntó a Cabral. El policía narró que se pactó que la mujer lo llame a Arias para encontrarse en la terminal de ómnibus de la ciudad de Córdoba. El imputado accedió y cuando llegó al lugar quedó detenido. Inmediatamente la defensa de Arias le preguntó a Cabral si Peludero recibió alguna recompensa por haber ayudado a la policía sospechando de que la mujer haya actuado de manera espontanea. Según se dejó entrever, el hijo de Peludero, el “yeye” Pucheta, podría haber salido en libertad rápidamente luego de que su madre colabore con la causa. Esto fue rechazado por el policía.

La pista del perfume

Hace unos días el comisario Araya, que estuvo a cargo de la comisaría de Arroyito en 2007, declaró que lo primero que le llamó la atención en la escena del crimen fue cuando entrevistó al viudo, Cristian Bizone, quien le dijo que se habían robado algunos perfumes de la farmacia, precisamente de la marca Kevin.

En uno de los allanamientos posteriores a la muerte de Auban, la policía revisó la casa de los Arias, donde Jonathan vivía con su padre y hermanas. Allí secuestraron varias cajas de perfume de la marca Kevin.

En la mañana de hoy declararon por este tema la tía de Arias, hermana del padre, y su marido, quienes señalaron que para el Día del Padre le regalaron un perfume y un desodorante de esa marca que solía utilizar también Jonathan. Hay que destacar que los demás perfumes secuestrados eran también Kevin y estaban los frascos vacíos. Estos últimos, unos cuatro, fueron retirados de una habitación donde dormía el imputado.