Un equipo de investigadores del INTA Castelar (Buenos AIres) y la Agencia de Extensión del INTA Los Antiguos (Santa Cruz) ha creado un dispositivo innovador conocido como "cereza electrónica", diseñado para medir los golpes que recibe la fruta durante todo el proceso de empaque, reduciendo así los daños que afectan su calidad en la exportación.

Este avance surge como respuesta a las pérdidas económicas generadas por el "pitting", pequeñas depresiones en la cáscara de la cereza que se hacen visibles semanas después del impacto y disminuyen su valor comercial, informó la Agencia TSS.

La cereza es especialmente vulnerable a daños debido a su cáscara fina. Las consecuencias de los golpes suelen detectarse cuando la fruta ya ha sido exportada, lo que puede resultar en la degradación del producto a última calidad o incluso su descarte. Este dispositivo tecnológico, de tamaño y suavidad idénticos a la fruta real, permite identificar áreas problemáticas en el proceso de selección y empaque.

Desarrollan en Argentina una "cereza electrónica" para reducir pérdidas de calidad en su exportación

Cómo funciona la cereza electrónica

El dispositivo integra un acelerómetro, un microcontrolador, baterías de litio y conectividad Bluetooth para transmitir datos en tiempo real. La información recopilada ayuda a detectar puntos del proceso donde los golpes exceden lo tolerable, permitiendo ajustes como disminuir la altura de las caídas en bateas o reducir la velocidad en curvas. Este monitoreo detallado no solo previene el daño, sino que también optimiza el precio final al garantizar una mayor proporción de producto de primera calidad.

Según Andrés Moltoni, investigador del INTA y referente del laboratorio de Agroelectrónica, la cereza electrónica fue desarrollada tras años de trabajo conjunto con los productores de Los Antiguos. “La gente de Los Antiguos viene trabajando hace muchos años tratando de ver cómo reducir el daño a la cereza porque eso perjudica a todos los productores. Cuando llega la partida a destino quizás es descartada o se penaliza su calidad”, explicó Moltoni.

Impacto en la competitividad y el mercado internacional

Argentina, que exportó 7.200 toneladas de cerezas en la campaña 2023-2024, principalmente a Estados Unidos, China y Europa, busca posicionarse como líder en el mercado global. Los precios internacionales varían entre 4 y 4,5 dólares FOB por kilo, dependiendo de la calidad del producto, por lo que la reducción de daños es crucial para mantener la competitividad en el mercado internacional.

Además, Moltoni destacó la importancia de que esta tecnología sea accesible a toda la industria: “Estamos viendo si el INTA va a producir las cerezas electrónicas para vender a las empacadoras o si serán nuestras para brindar el servicio de optimización de procesamiento de fruta".

El desarrollo de la cereza electrónica podría significar un avance significativo para la industria argentina de cerezas, permitiendo reducir pérdidas y maximizar las ganancias. “Lo que no está para góndola se vende a la industria para hacer dulces, pero el precio es mucho menor. Por eso es tan importante poder disminuir el daño”, concluyó Moltoni.

Este proyecto, que lleva más de seis años en desarrollo, representa un ejemplo de cómo la tecnología puede mejorar la productividad y la rentabilidad del sector agroindustrial argentino, gracias al apoyo y la innovación del INTA.