La vicedirectora y jefa de Infectología del Hospital Iturrape, Verónica Pepino, lanzó un mensaje de tranquilidad hacia los padres sobre la efectividad de la vacuna y la importancia de aplicarla entre los menores de 3 a 11 años y en los adolescentes.

En una entrevista con El Periódico, la médica pediatra explicó que los niños contagian, lo que puede ser perjudicial para el entorno familiar: “A medida que el número de niños afectados aumenta también lo hace el número de internados y fallecidos”, describió.

Además, Pepino señaló que muchos padres decidieron no vacunar a sus hijos ante información que calificó “desacertada y hasta terrorista sobre las vacunas”.

En San Francisco, alrededor de un 15 por ciento de los niños y niñas contemplados en el rango de 3 a 11 a años debe todavía completar su esquema de vacunación. En tanto que, entre los 12 y 17, ese porcentaje se eleva al 20 por ciento. Es decir, se trata de menores de edad que no recibieron ninguna dosis o sólo una de ellas.

- ¿Preocupa que un porcentaje de niños aún siga con su calendario incompleto de vacunación Covid o ni se haya vacunado?

- Actualmente seguimos avanzando en la vacunación de los niños de 3 a 11 años y en este sentido es importante aclarar la seguridad y la eficacia de la vacuna de Sinopharm. Hay dos puntos claves para trabajar que son aumentar la barrera epidemiológica y fortalecer la seguridad y la eficacia de la vacuna para destinar a la población pediátrica. Nos ocupa y nos parece importante ir corriendo la edad de vacunación para aumentar la barrera epidemiológica.

- ¿Por qué es necesario que los chicos se vacunen?

- Algo que hay que tener bien presente es que los chicos contagian, transmiten la enfermedad. Ellos pueden tener sintomatología leve o ser asintomáticos pero al mismo tiempo pueden contagiar. Los niños sanos padecen una enfermedad menos grave que los adultos, pero a medida que el número de niños afectados aumenta también aumenta el número de internados y fallecidos.

- ¿En algunos puede llegar agravarse el cuadro?

- A medida que avanzó la vacunación en el resto de las edades, el virus fue encontrando un nicho en menores, esto surge analizando los datos del 2020 en comparación con los del 2021 en donde hubo un importante aumento. Si bien la patología, salvo en niños con comorbilidades, no es severa en general, pueden tener el síndrome de respuesta inflamatoria multisistémica, algo que sí es severo.

Verónica Pepino: “Hubo información desacertada y hasta terrorista sobre las vacunas”

- Muchos padres no decidieron vacunar a sus hijos –y siguen con el mismo pensamiento- cuando meses atrás iniciaron los operativos destinados a los menores de edad, aunque  con esta tercera ola y teniendo en cuenta que se dieron internaciones en Córdoba con la nueva variante, por ejemplo, decidieron hacerlo. ¿Lo que primó fue el temor?

- Se debió a falta de información o por información lamentablemente desacertada y hasta terrorista sobre las vacunas… por ideologías. De cualquier manera, ante la llegada de la tercera ola y el aumento en las internaciones muchas fueron las consultas para avanzar en la vacunación.

- La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) pide que se vacune, sin embargo hubo pediatras en San Francisco que no la recomendaban en niños. ¿Hace algún análisis de esto teniendo en cuenta que terminar con la pandemia incluye a todos los rangos etarios?

- Hoy los chicos ya se encaminan a la tercera dosis, con los niños vacunados los protegemos a ellos y a sus familias. Durante la pandemia de coronavirus hemos vivido una situación inédita que nos ha obligado a tomar decisiones urgentes apoyadas en las evidencias disponibles y que han ido cambiando continuamente. Es acá donde los argumentos que determinan las conductas sanitarias deben tener fundamentos bioéticos sólidos. Después de casi dos años de pandemia es el momento de una profunda reflexión bioética para elegir el camino que mejor respete los valores involucrados: científicos, sociales, humanos, económicos. Nuestro rol de pediatras conlleva una enorme responsabilidad en lo referente a la salud de todos los niños, niñas y adolescentes. La transparencia y calidad de la evidencia ayuda en la toma de decisiones, aunque la información que muchas veces aparece a diario en relación con las vacunas queda desfasada y es muchas veces contradictoria, pero nosotros debemos apoyarnos en nuestra sociedad científica que es la SAP.