Eran las 2 de la mañana del último lunes cuando un estruendo hizo saltar de la cama a un matrimonio que reside sobre un sector del loteo Magdalena I (barrio 20 de Junio). Cuando salieron a la calle se encontraron con que una piedra bola había destrozado parte del portón de aluminio de la casa. Una cámara de seguridad de un vecino captó a tres jóvenes que en moto escapaban del lugar.

Adriana, la damnificada, comunicó el hecho al grupo de WhatsApp del barrio y a otros que integra y rápidamente comenzaron a llegar los testimonios que coincidían con lo que la mujer había padecido. Y es que se trataba de la tercera vez que, en pocas semanas, aparentemente, el mismo grupo de muchachos atentaba contra su casa.

De esta manera, le llegaron mensajes de vecinos de su mismo barrio, otros casos en loteo Manantiales y también en barrio Savio. Personas preocupadas e indignadas por la impunidad con la que se mueven los delincuentes y con el temor de que estos pequeños actos de violencia terminen en una escalada que sume robos e incluso lesionados.

La piedra que provocó el destrozo en barrio Magdalena.
La piedra que provocó el destrozo en barrio Magdalena.

En Manantiales

En loteo Mantiales -a la vera de avenida Maipú-, Eduardo fue otro de los vecinos que padeció en carne propia las andanzas de este grupo de vándalos. 

“El domingo por la noche me tiraron un par de ladrillos y me abollaron el portón. La verdad que te indigna porque uno labura para tener su casa, mantenerla y que venga alguien que ataque lo que vos tenés te da mucha bronca”.

El hombre también se contactó con otros vecinos que le contaron vivencias similares: “Empezaron a aparecer un montón de hechos similares, esto pibes van tirando cascotes o botellas y van rompiendo lo que se les cruza por el camino, autos, puertas, ventanas”, agregó.

A Fernanda, otra vecina de Manantiales que se mudó recientemente, le atacaron su casa el lunes por la noche. “Me tiraron un cascotazo que justo pega contra un palo de la luz y golpea contra la pared. Si pegaba en la puerta me la destroza. La verdad que es muy preocupante porque hacen daños, generan gastos y lo hacen muy impunemente a pesar que hay cámaras de vecinos y las calles están iluminadas. En mi caso frenaron, se bajaron de la moto, juntaron un ladrillo y lo tiraron”, expuso.

La mujer, todavía preocupada, argumentó que se trata de un caso de violencia que debe acabar: “Esto es un acto de violencia evidentemente, violencia psicológica porque no podés dormir tranquila, económica porque te genera gastos y porque la violencia va en escalada. Esta violencia impune que ejercen no va a frenar acá, ellos se divierten, no tienen consecuencias y lo van a seguir haciendo, es un caldo de cultivo que se está gestando. Si no los paramos ahora van a seguir con su violencia, hoy a lo mejor solo rompen, después será robar y después pegar. Si no se los detiene ahora será un problema mayor para todos”, concluyó.