Algunos opositores al intendente Martín Llaryora siempre se enojaron con el tiempo al sostener que durante su mandato nunca sufrió una intensa lluvia, como sí la sufrió en varias oportunidades el radical Hugo Madonna. Épocas donde la ciudad era un calco de Venecia, aunque sin las góndolas.

Pero echarle la culpa a la lluvia es desviar el tema de atención, porque San Francisco sufre la falta de obras clave en lo que respecta a los desagües y por eso se inunda.

Y como si fuese una broma del destino, cuando Llaryora sufre una lluvia de gran magnitud como la del jueves pasado, éste no se encuentra en la ciudad. Sucede que el mandatario municipal viajó a Chile durante la semana. Su destino fue Rancagua, localidad cuyos Bomberos Voluntarios firmaron un hermanamiento el último 17 de agosto con sus pares sanfrancisqueños en nuestra ciudad. En esa oportunidad, los chilenos devolvieron gentilezas e hicieron llegar la invitación a su ciudad.

Lugar para varios

El miércoles de la semana pasada, algunos miembros de la institución bomberil partieron hacia Chile acompañados por la concejal del oficialismo Susana Bailetti. Allá los esperaba Llaryora.

Pero no fueron solos. En el avión había  dos lugares más para que sean ocupados por un miembro de cada bloque de la oposición: la UCR y Mejor San Francisco. En el seno del partido que dirige Damián Bernarte decidieron no ir porque no les parecía correcto irse de la ciudad.

¿Y los radicales? Todo lo contrario. El lugar destinado fue ocupado y no solo eso, al quedar un espacio de la oposición libre, ni lerdos ni perezosos, los representantes del centenario partido decidieron llenarlo. De esta forma, los dos concejales radicales en el Concejo Deliberante, Luis Canalis y Norma Ghione se fueron hacia Chile.

Difícil de entender

Según trascendió, la estadía es de unos cinco días al menos (volverían este lunes). De antemano es entendible la presencia en Chile de miembros del cuerpo de bomberos local. También podría serlo la del intendente –de estadía más corta dijeron-, aunque es debatible la cantidad de días que se pueda ausentar de la ciudad que gobierna, la que el día jueves sufrió inmensos problemas como causa de la estrepitosa lluvia caída.

Lo que más cuesta explicar es el viaje de los concejales, muy cuestionados por los vecinos de la ciudad por su pálida labor legislativa en el Concejo Deliberante. ¿Será por eso que sesionaros tres semanas seguidas cuando lo venían haciendo quincenalmente?

Un dato “anecdótico” es quién pagará las cuentas de este viaje. Según los trascendidos la Municipalidad corrió con los gastos del traslado hacia Chile en avión. También algún que otro viático. El alojamiento fue por cuenta de los chilenos.