Vanesa Bustos tiene 36 años y cuatro hijos, entre niños y adolescentes. Su vida lleva marcas de violencia y de momentos duros que le tocan atravesar. Pero, aclara, se las ingenia para salir adelante.

Vive en el predio del ex Ferrocarril Mitre de San Francisco, en un humilde lugar junto al padre de uno de sus hijos. Asegura que padeció violencia, sobre todo psicológica y durante mucho tiempo. Sufrió además el no tener un trabajo fijo, pese a que se esforzó en su vida para conseguirlo terminando inclusive el curso completo de preceptoría. Sin embargo, nunca pudo viajar a Córdoba para abrir el legajo.

Desde hace unos días, Vanesa –junto a otras chicas- echa mano a trapos, esponjas, una hidrolavadora y aspiradora en el flamante lavadero de autos que abrió la asociación civil Mujeres con Oficios en el predio de la Residencia Infanto Juvenil de nuestra ciudad.

“Este proyecto me pone súper contenta. Es una gran oportunidad para nosotras, pero también para otras mujeres que se puedan sumar en el futuro. En mi caso la lucho día a día, es muy complicado conseguir trabajo, mucho más para mujeres de 30 años en adelante”, sostuvo.

Ilusión, entusiasmo y ganas de progresar. Muchas ganas. Eso se percibe en este nuevo lugar que comenzó a funcionar hace unos días en Gerónimo del Barco casi Avellaneda.

Allí, no solo Vanesa busca aprovechar una puerta que se le abre, aunque sea pequeña, sino también otras seis compañeras cuyas vidas también tienen marcas difíciles. Hay sed de superarse y valentía en busca de dignidad, independencia económica y el desarrollo personal.

“Es una linda oportunidad, no solo en lo económico, sino también para que se arme un buen grupo. Yo nunca pierdo las esperanzas. Soy una mujer de fe y sé que algo mejor va a salir para progresar”, se esperanzó Vanesa.

Un lavadero de autos, historias difíciles y los sueños de superación de siete mujeres

El proyecto

Sandra Bulacio es la presidenta de Mujeres con Oficios y una de sus creadoras. Se muestra feliz por este nuevo proyecto que pusieron en marcha, que se suma a otros y a capacitaciones constantes: “Estamos muy felices de poder inaugurar el primer lavadero integrado por todas mujeres de San Francisco”, destacó en diálogo con El Periódico.

El proyecto surge de la unión con la Residencia Infanto Juvenil, que antes tenía su lavadero con adolescentes, pero ahora tiene chicos más pequeños alojados. Tenerlo en funcionamiento motivó el llamado a la ONG.

“Buscamos empoderar a las mujeres con el trabajo, la autonomía laboral y económica. La mayoría de las chicas estaban sin trabajo, fue un proceso largo para conseguir los elementos, reparar las máquinas y dejar todo en condiciones”, mencionó Bulacio.

La tutora del emprendimiento, Claudia Páez, también destacó que costó mucho llevar adelante la iniciativa, pero valoró que están en marcha: “Es una bendición para muchas chicas que estábamos sin trabajo”, manifestó.

La idea es que funcione como un circuito: lavadero, aspirado y secado.

Un lavadero de autos, historias difíciles y los sueños de superación de siete mujeres

Las experiencias de las otras chicas

Daiana Maciel es maestra jardinera pero hace dos años y medio que no tiene trabajo.

“Estoy muy feliz por poder incorporarme a Mujeres con Oficios. Esto nos abre las puertas, la posibilidad de crecer personalmente y esperamos que la gente nos acompañe y traiga los autos”, dijo.

Valoró la posibilidad de hacer esta actividad porque no quiere perder más el tiempo y aclaró que todo “lo que sea para progresar” es bienvenido.

María Delgado, otra de las chicas, tenía fe de que si ingresaba a Mujeres con Oficios las puertas se le iban a abrir: “Es un ejemplo para mí y para salir adelante, espero que venga mucha gente a traer sus vehículos”, se esperanzó.

La joven terminó el año pasado el colegio secundario y empezó a buscar trabajo pero no lo consiguió. Agregó que realizó una pasantía en la empresa Macoser y que espera ansiosa un llamado para poder tener un trabajo fijo.

Carolina Figueroa abrió el juego a otras mujeres cuyas historias de vida también están marcadas por la violencia, la discriminación, el desempleo o la pobreza: “Yo les aconsejé que vengan y aporten su granito de arena. Para nosotras este proyecto es importante”.

Candela Garnica estudia la Licenciatura en Administración Rural. Su relación con Mujeres con Oficios viene de un curso que realizó para el manejo de autoelevadores y tractores. Vio en la ONG la oportunidad de tener un empleo.

Por último, Paula Molla, otra de las mujeres que se sumó al lavadero, también reconoció estar desempleada: “Me sumé gracias a mi cuñada, que me vio que estaba sin trabajo y no conseguía. Esperamos que el lavadero funcione fenomenal y con toda la buena onda”, cerró.

RESERVAR TURNOS

El lavadero funciona en el predio de la Residencia Infanto Juvenil (ex Casa del Niño) ubicado sobre Gerónimo del Barco casi Avellaneda. Los turnos se solicitan al 3564 672480.