El cura de la parroquia Nuestra Señora de Cacupé, de González Catán, se cansó de los robos reiterados a la iglesia. Por eso, se le ocurrió colgar un pasacalle para invitar a los ladrones a comer a cambio de que no roben más. 

"Sres. ladrones: es la quinta vez que nos roban en menos de un año. El trato es este: la Parroquia les da la comida y ustedes la dejan cocinar en paz", dice el pasacalle que colgó en la puerta del edificio.

En la iglesia se entregan 120 viandas a familias necesitadas de la zona. Por eso, la singular "oferta" del aviso para que la iglesia "cocine" en paz. 

En el último episodio se llevaron un microondas y comida: doce cajas de aceite y otros productos alimenticios. 

"Los que roban son pibes de acá, los conocemos, no son profesionales. Roban para vender y comprar droga o alcohol. La gente se sonríe al ver el pasacalle, pero es una problemática que pone en riesgo al comedor. Estos pibes no tienen mucha conciencia de nada, muchos de ellos los conocemos, esto es un pueblo", dijo el cura Eugenia Mazzeo a La Nación.

En la zona hay otras tres parroquias, y en todas son frecuentes los robos reiterados. 

"Después del primer robo, cada dos meses se repiten en cualquiera de las parroquias. Por eso se me ocurrió poner el pasacalle, fue una cosa impulsiva porque me quedé muy caliente con el último robo", admitió el cura.

"Un poco con sentido del humor, pero también para llamar la atención y visibilizar el problema entre la gente del barrio que también es víctima de la inseguridad", agregó.