El refrán “meterse en la boca del lobo” o “oscuro como una boca de lobo” significa exponerse a alguna situación peligrosa o comprometida, según el libro “El porqué de los dichos” de José María Iribarren.

Esta frase fue usada por la mayoría de las personas consultada por El Periódico para describir la situación en que se encuentra principalmente durante la noche el edificio de los Tribunales de nuestra ciudad.

La falta de luminarias y la ruptura de reflectores dan un aspecto sombrío y temeroso a la imponente construcción del edificio de la Justicia local. “Cuando llega la noche da mucho miedo pasar por la vereda porque está todo muy oscuro y casi no hay luces. Para volverme a mi casa me queda más cerca, pero una no sabe quién se puede esconder detrás de las plantas o en la parte del fondo. Me siento muy insegura y solamente paso cuando voy acompañada de mi novio”, aseguró Andrea, una empleada de un estudio jurídico que queda a pocas cuadras de Tribunales.

“Poco a pocos fuimos viendo cómo se fue apagando hasta quedar casi oscuro como está ahora. Se fueron quemando o rompiendo las luces de los costados y los reflectores. Hace bastante que nadie los remplaza y casi no tiene luz”, indicó un vecino que vive muy cerca del edificio.

“Los fines de semana cuando hay baile en Bomberos siempre hay lío al frente y se sienten que tiran cascote a los vidrios. Son las banditas de muchachos que se van para los barrios”, agregó.

Inseguridad

Otros aspectos de los que se quejaron los vecinos fue por la inseguridad que hay en la zona en distintos momentos del día. “Acá no estoy seguro ni cuando cierro el negocio al mediodía ni cuando me voy a mi casa a la noche. Hay que mirar para todos lados porque te están esperando para sacarte lo que es tuyo”, apuntó un comerciante del sector.

Los vecinos organizaron un grupo de Whasapp que funciona como una alarma comunitaria y estar pendiente de situaciones irregulares y protegerse entre ellos. La mayoría está en alerta y reforzaron las medidas de seguridad, como por ejemplo circular en la noche acompañados, estar pendiente en caso de viviendas solas los fines de semana o vacaciones, y realizar llamados al 101 en casos de observar situaciones poco comunes.

“Yo un día a la semana llego tarde del trabajo y le mando un mensaje a mi vecina del frente que se fije por la ventana cuando entro el auto al garage. Así me siento más segura porque sé que les robaron a varias mujeres por acá”, contó una vecina.

Arrebatos

Por otro lado, El Periódico tuvo acceso a información de que varios empleados de tribunales sufrieron arrebatos o fueron emboscados antes de ingresar a trabajar. “Hay un caso de un chico que iba a trabajar en moto y le cruzaron otra moto en la calle para robarle el maletín”, apuntó una funcionaria.

También se registraron robos a abogadas cuando salieron del edificio. En estos casos se utilizó el mismo modus operandi: eran abordadas por una moto conducida por una mujer cuando las profesionales subían a su vehículo particular. La Policía informó que se logró detener a una sospechosa de estos delitos.

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Actos vandálicos

Las autoridades a cargo del edificio de Tribunales aseguraron que son constantes los actos vandálicos que sufren las instalaciones y que debido a las dimensiones del predio no es suficiente el personal policial disponible para resguardar las instalaciones.

Mario Comes, a cargo de la Superintendencia de los Tribunales de la Quinta Circunscripción Judicial, se mostró preocupado por estos hechos y manifestó que cada fin de semana se registran entre dos a tres rupturas de vidrios en la fachada del edificio. También manifestó que son habituales los daños en las luminarias y reflectores ubicados en el frente.

Por otro lado, el también juez comentó que este año sufrieron el robo de dos bombas de agua y que hace quince días autores desconocidos ingresaron en la cámara sépticas y arrojaron piedras de gran tamaño que obstaculizaron y provocaron graves daños a todo el sistema cloacal del establecimiento.

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