Nicolás Allocco es bombero desde hace 25 años. Ingresó a la institución desde muy chico siguiendo los pasos de su papá Nestor Allocco, quien además de bombero fue 1° Jefe del Cuerpo Activo. Hoy con sólo 33 años es Oficial Ayudante y encargado del Departamento de Recursos Materiales.

Allocco comenzó su trayecto como bombero en el área de Equipamiento, donde pasó muchos años. Luego, por un corto tiempo estuvo a cargo de la capacitación de aspirantes menores, hasta que le solicitaron que se encargue del Departamento de Recursos Materiales, compromiso que tiene desde hace más de dos años. Dicho departamento tiene a cargo las áreas de Equipamiento, Mantenimiento, Automotores y Suministros.

“Es un desafío y una responsabilidad muy grande, hace ya dos años o más que estoy a cargo del departamento. En el cuartel te van ubicando de acuerdo a las necesidades que tengan, pero también tienen en cuenta lo que te gusta”, explica el voluntario.

Un bombero con 25 años de voluntariado

Su infancia en el cuartel

La primera vez que su papá lo llevó a la institución, Nicolás solo tenía algunos días de vida. “Comencé por mi papá que también fue bombero y primer jefe, así que desde chiquito ya estaba dando vueltas dentro de esta institución”, recuerda el oficial, y agrega que pasa muchas horas dentro del establecimiento y que muchas veces pierde la noción del tiempo que le dedica a esta vocación. 

Parte de su infancia vivió en las viviendas de Bomberos, y aunque se mudó varias veces, nunca se alejó más de tres cuadras del cuartel. “De chico me entusiasmaba escuchar la sirena y venir a ver cuando salía el camión. Tenía un karting y cuando escuchaba tocar la sirena me venía desde el último chalet a ver qué pasaba y cómo salían los muchachos, en ese momento debo haber tenido 4 o 5 años”. Entre anécdotas, recuerda que cuando cumplió su primer año de vida, su abuelo materno le regaló un camión de bomberos, que aún tiene guardado.

En su niñez compartió esta pasión con su único hermano, quien llegado el momento de comenzar con el primer nivel decidió retirarse. Nicolás por su parte decidió seguir y hoy dice que nunca pensó en dejar este voluntariado.

Su vida en familia

El voluntario tiene dos hijos, Bruno (4) y Alfonsina (2), con su actual pareja, con quien además está esperando su tercer hijo. Cuenta que su hija tiene mucho apego a la institución. Sin embargo, no los quiere obligar a que elijan esta actividad. “No tiene sentido que los obligue o que los traiga si no les gusta, porque ser voluntario te tiene que nacer y gustar para que le dediques las horas que estamos acá. Son muchas las actividades que hacemos; hoy por suerte con las redes sociales las personas se pueden enterar más de todo eso, pero antes no se veía y pensaban que sólo veníamos a esperar el baile, incluso hoy me preguntan cuándo hay bailes”, revela Allocco.

El bombero explica que muchas veces la cantidad de horas que le deben dedicar a esta vocación le puede generar algunas complicación en su familia: “Cuando toca la alarma no importa lo que estás haciendo: lo dejás y salís. O por lo menos para mí es así. Pero uno también va creciendo y va teniendo más responsabilidades, tenés hijos y por ahí ya no podés salir siempre, porque tenés que dedicarle tiempo a ellos”.

Allocco trabaja en una empresa familiar que vende productos alimenticios en la zona, pero también se desempeña como despachador en la guardia de Bomberos en algunas ocasiones. “A veces estaría bueno poder vivir económicamente de esto, porque sería trabajar de lo que uno ama, pero lo que pasa es que si hoy sacás el voluntariado vas a tener gente que no lo haga por vocación. En cambio, así no hay otro interés que ayudar”, resume.