José Jador tiene 85 años y muchas ganas de vivir y de superarse día a día. Es que a su edad decidió aprender a leer y escribir, motivado por la predisposición de Johana, una compañera con quien comparte horas en la iglesia a la que asisten.

Hoy, ya puede escribir su nombre y leer fragmentos de una Biblia ilustrada que le proveyeron. Su deseo es, precisamente, poder leerla por sus propios medios.

La propuesta

José contó que la propuesta le llegó de las manos de su compañera en el marco de un cursillo para un bautismo. “Yo tenía un librito en la mano y me dijo ‘usted no tiene lápiz’ a lo que yo le dije ‘no, yo no sé leer ni escribir’. Entonces ella me dijo ‘yo le voy a enseñar’. Y así empezamos”, relató a El Periódico.

Alejado de los libros

A pesar de que él tenía ganas de aprender, pasó su infancia en el campo, ayudando a la familia, y no tuvo la oportunidad. “Nunca fui a la escuela, apenas vinimos a Córdoba empecé a trabajar, nunca tuve la oportunidad que se me dio ahora”, explicó.

Y agregó que a pesar de no conocer de letras, sí sabe de números. “A mí en cuentas no me van a joder, para los números voy bien. A mí lo que me costaba era leer y escribir, me cuesta unir las palabras, las estoy conociendo pero me cuesta unirlas”, explicó.

El proceso

José va por su segundo libro. “Al primero ya lo devolví, a este hay una parte que ya la estoy leyendo casi toda, para mí es una alegría”, expresó.

Para hacerlo posible, compró las letras del abecedario y fue aprendiendo a armarlas. Primero empezó a familiarizarse con las vocales, luego con el resto.

“Empezamos de a poquito. Johana me decía ‘abuelo, va un avión usted, va muy rápido’. Ahora estoy en la parte de la lectura. También estuvo enseñándome a escribir, ella me iba dictando, en dos partes me equivoqué, pero hoy al menos sé escribir mi nombre”, reveló.

La Biblia, su anhelo

El objetivo de José es poder leer la Biblia. “Johana me dio una, pero las letras eran muy chiquitas y yo con mis lentes no alcancé a leer. Ahora me van a alcanzar una Biblia con letras grandes. Me interesa porque voy a la iglesia”, detalló.

Y agregó: “En la iglesia están todos encantados, todos me felicitan”.

Seguramente pronto pueda cumplir su meta, ya que cuenta, además, con el apoyo de su familia, en especial de Leila, su nieta. De todas maneras José aclaró que tampoco desea mucha ayuda: “Quiero que cuando yo estoy leyendo y me trabo, que ahí me dé una manito. Porque si me ayudan ellos lo voy a aprender de memoria”.

“Mientras pueda seguir estudiando voy a ir para adelante, leer y escribir nunca está de más”, concluyó.