Lucas Ludueña, el sanfrancisqueño trasplantado de corazón hace más de un año y medio, se encuentra viviendo un presente muy alentador: será papá por segunda vez. Junto a su esposa, Gabriela Nieto, dialogaron con El Periódico para contar cómo se encuentra de salud y lo que significa la llegada de su segundo hijo. “Estoy excelente desde el punto de vista que lo miremos”, resumió Lucas.

Para el joven de 34 años, su vida se transformó por completo desde que fue trasplantado y recibió el alta médica. “Significa realmente que yo empecé a ver calidad de vida en mi vida, antes por ahí no disfrutaba de las pequeñas cosas, vivía en una rutina”, consideró.

Sobre su presente, su esposa Gabriela expresó: “Para mí es una alegría, estoy tranquila porque él está bien, se alineó todo. Hacemos todo con más calma, más tranquilos y disfrutando de esta nueva etapa”.

Lucas Ludueña

Un nuevo embarazo

La pareja aseguró sentirse sorprendida y a la vez muy feliz por este embarazo. “Si bien nosotros estábamos buscando, tomo medicamentos muy fuertes que perjudicaban bastante”, mencionó Lucas. En cambio, sí fue una sorpresa para todos sus familiares, ya que no sabían que buscaban agrandar la familia.

El sanfrancisqueño señaló que este nuevo miembro familiar era la última promesa que le faltaba cumplir a Joaquín, su primer hijo. “El 4 de enero de 2016 le dije `papá va a volver con su corazón nuevo y vamos  a completar la familia´, que era darle un hermanito que él desde jardín me venía pidiendo, pero por cosas lógicas lo tratamos de llevar más adelante”, contó.

Lucas confesó que no olvidará el momento en que le dieron la noticia a Joaquín: “La lagrima de emoción de mi hijo es como la satisfacción de haber llegado a lo máximo como padre, ver que tu chico llora de felicidad para alguien que es padre creo que es lo máximo. Uno está acostumbrado a verlo llorar por caprichos, por tristeza o por algo que le pasó, y es la primera vez que lo vemos llorar así de la emoción”, contó.

Un pasado que sigue presente

Lucas tiene en claro que por las complicaciones en su salud, en la que llegó a estar en lista de espera urgente, no pudo disfrutar al máximo del crecimiento de su primer hijo. “Me perdí cosas, yo viajaba mucho, lo veía los fines de semana. Ahora va a poder disfrutar al máximo de sus padres junto a su hermano o hermana”, se esperanzó Lucas.

La pareja sabe que tendrá que con el nuevo hijo se vendrán muchos cambios en el estilo de vida. “Es todo un cambio, pero creo que nos vamos a acostumbrar y va a ser algo muy lindo. Un nuevo integrante en la familia, otra vez ruido, juguetes y pañales; cosas que hace diez años no se vivían, pero emocionada y disfrutando”, destacó Gabriela.

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El gesto de donar

Al recordar su pasado y sus problemas de salud, Lucas nuevamente hizo referencia a la importancia que tiene la donación de órganos. “Es el núcleo de toda esta felicidad, el hecho de que una familia, ante el momento tan triste como de la pérdida de un ser querido, están renovando el sueño y proyectos de otra familia”, sentenció. Y agregó: “La responsabilidad ahora es mía, de que la segunda oportunidad que me dieron la tengo que aprovechar. Ese es el pacto que tenemos todas las noches con mi ángel”.

Finalmente, el joven dejó una reflexión para aquellas personas que están pasando una situación similar a la que él tuvo: “A mí me dijeron desde el principio que tuviera fe y paciencia, por más que vos seas el enfermo tenés que sacar adelante a toda tu familia con esas ganas de decir vamos hasta el final. Cuando se logra el objetivo te vas a dar cuenta que todo el esfuerzo valió la pena”, concluyó.