La Justicia de Rafaela le conservó la prisión preventiva a Nicolás Nahuel Ludueña (19), de Estación Frontera, quien se encuentra imputado al ser denunciado por su pareja por violencia de género. Esto ocurrió el pasado 8 de agosto, al cumplirse un mes de la medida que iba a regir en primera instancia por 30 días.

Pasaron nuevos testigos que confirmaron la denuncia de Estefani Francisco (23), y ante las amenazas de muerte que denunció la joven –según aseguró- de parte de su pareja como de la familia de este, se le terminó dictando prisión preventiva por el plazo que dure el proceso. Así lo confirmó a El Periódico la fiscal que entiende en la causa, Ángela Capitanio.

La funcionaria judicial indicó que la medida “puede durar dos años con posibilidad que se prorrogue un año más”. En el caso de que en este plazo de tiempo no se acuerde un proceso abreviado la causa irá a juicio.

La medida resultó un alivio no solo para Estefani sino además para su familia, quienes se sienten amenazados desde que ella se animó a denunciar el maltrato.

Según contó a El Periódico, el último 3 de julio se sintió morir al recibir golpes de puño, patadas e insultos por unas cinco horas durante esa madrugada. La violenta escena se vivió en un garaje de un domicilio de Estación Frontera, a la vuelta de su casa.

Volver a empezar

Desde hace un tiempo Estefani tiene custodia policial en su casa, donde vive con su madre, su dos hijos -de 1 y 6 años- y hermanos. Lugar que dejará pronto ya que siente la necesidad de mudarse a otro lado para empezar una nueva vida junto a sus hijos.

“En los próximos días me voy a mudar con mis hijos a otra ciudad, donde por conocidos ya tengo trabajo”, sostuvo, agregando que comenzará a vivir de cero: “Claramente es una nueva vida, fue un aprendizaje lo que me pasó y además hacerlo público fue para que las chicas nos se callen y sepan que hay salida, que hay apoyo”.

La joven, quien hizo público su caso por miedo a que la maten, de acuerdo a las amenazas que dijo recibir, se encontraba intranquila porque tras la primera audiencia la Justicia había ordenado para Ludueña solo un mes de prisión preventiva. Ahora, con la nueva decisión de que siga detenido, Estefani dijo respirar aliviada: “Salí de la audiencia y no caía de la emoción. En el momento que me dieron la resolución me tomó varios minutos entender lo que pasaba. Estaba con mucho miedo, lloraba”, explicó, al tiempo que señaló: “Afuera me agredían sus familiares, me siguieron amenazando por eso tengo hoy custodia. Igual yo me quedé tranquila cuando dijeron que es por tiempo indefinido que seguirá detenido; se me abre una nueva oportunidad para empezar de cero. Una nueva oportunidad para mis chicos”.

La joven además agradeció a la fiscal Capitanio por su predisposición y a los policías de la PDI y la Comisaría Sexta de la ciudad de Frontera que intervinieron en su caso.

Un crudo relato

Cuando hizo público su caso, Estefani narró a este medio la noche fatídica que le tocó vivir el 3 de julio pasado: “No aguantaba más en el piso tirada por los golpes. Me empezó en un momento a tirar agua fría. Me pegó piñas, patadas, me apuntó con un revolver en la cabeza, cosas que vengo soportando hace un año. Me decía que si no era de él no iba a estar con nadie. En un momento le dije ‘matame’ porque no podía más”.

Este fue el corolario de una seguidilla de hechos violentos que tuvieron su origen entre los meses de febrero y marzo del año pasado. “Nunca tuvimos una relación formal. Llegó a mi casa por medio de amistades que teníamos, una vez estuvimos juntos y desde ese momento nunca dejó de molestarme”, afirmó.

Previo a esa madrugada de violencia extrema, la joven contó que Ludueña llegó a su casa con “una 9” (por la pistola), la amenazó con dañar a su familia y se la llevó.

“Cuando me dejó salir, al otro día vine a mi casa y dije lo que me dijo que haga, que cuente que me había caído de la moto y me había golpeado. No aguantaba más el dolor; más tarde mi mamá me preguntó qué me pasó y le dije eso. Después, el jueves estuvo todo el día acá, se quedaba a dormir, el viernes también”, sostuvo Estefani, quien en medio de lo sufrido hizo el clic: “Me dije ‘no puede ser que siga aguantando esto, hace un año que lo aguanto’. Tenía una fisura en la mano, la cara hinchada, moretones, golpes en la costilla, tenía que hacer algo porque me iba a matar”, reflexionó.

Ludueña fue detenido finalmente el pasado sábado 6 de julio por efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) delegación Frontera.

Un año muy difícil

“Fue un año durísimo, abría la puerta y él estaba o entraba como si fuese su casa. En el último tiempo no respetó dos órdenes de restricción de acercamiento. Mi mamá, mis hijos estaban amenazados. Me rompió el celular, me dijo que no iba a tener más uno. Mi nene ya no hablaba al final por el temor, se paralizaba cuando lo veía”, siguió Estefani en su relato.

Luego explicó cómo la torturaba psicológicamente: “Me decía que merecía lo que me pasaba, que lo disfrute porque yo era una puta, que era su sirvienta. Lo aguanté, pero no pude más. Las lesiones físicas se me fueron, pero sé que me va a llevar mucho tiempo recuperarme de las emociones, me duele recordar. Después de abusar de mí y golpearme venía al otro día, se reía y me lo recordaba”, mencionó.

Estefani relató que todo lo que aguantó fue por sus hijos, pero también por su madre: “Tengo hermanos y ella (por su mamá) tiene mucha responsabilidad, mucho peso, somos seis hermanos. Pero, ¿qué hago si me pasa algo o a mis hijos?”, se preguntó.

Denuncias y asesoramiento

-Se puede llamar gratuitamente al 0800-888-9898, de asesoramiento y denuncia.

-Secretaría de Violencia Familiar: segundo piso de los tribunales locales. Teléfono: (03564) 475000 (Int. 4), de lunes a viernes, de 8 a 13.30.

-Policía: llamando al 101.

-Línea nacional y gratuita: llamando al 144.