El peligro es mayor cuando el sol baja, lo que dificulta la visión de quienes manejan estos vehículos. Tener esa luz fuerte de frente y estar atento a los demás conductores puede generar distracción al momento de pasar por ahí y llevarse esta ingrata sorpresa.

“¿Querés que te corra la chata?” le dijo a El Periódico una persona que había estacionado su camioneta al lado del bache, al percatarse de nuestra presencia. “La suelo estacionar ahí al lado para que la gente se tire un poco más a la derecha y no se lo trague”, sostuvo con preocupación.