Un llamado telefónico contando una verdad a medias pudo haber empeorado las cosas. En medio de una pandemia desconocida como es la del coronavirus, una de las empresas médicas de nuestra ciudad debió aplicar el protocolo sanitario con un integrante del staff médico que fue a un domicilio por un presunto dolor de panza y se encontró con un paciente con síntomas respiratorios que había tenido contacto con alguien llegado del exterior. Si hubiese pasado a mayores, más personal habría quedado afectado por esta situación y, por ende, la atención se hubiese visto debilitada.

Tanto en Ucemed como Cruz Verde son claros: actualmente tratan de evacuar todas las consultas de manera telefónica y asistir solamente ante casos complejos. Por eso, se le pide a la comunidad colaboración, ser claros y sobre todo no esconder detalles a la hora de mencionar los síntomas que generan la llamada.

Por otra parte, desde ambas empresas reconocieron que con la llegada del coronavirus al país se duplicaron las consultas diarias a sus líneas de teléfono.

Diego Lahournere, director médico de Ucemed, explicó a El Periódico que dentro del protocolo que manejan ante los llamados telefónicos “se pregunta mucho” y además se apela a la “sinceridad de la gente”. Aclaró que se encontraron con casos de personas que decidieron aislarse por decisión propia y de otras que han negado en un principio tener una afección respiratoria: “La persona que llama debe ser concreta, nosotros tratamos de evacuar dudas y solucionar los problemas a través del teléfono en primera instancia porque es clave entender que el aislamiento social es fundamental”, consideró.

Franco Di Monte y María Rosa Marino, socio gerente y magister en enfermería de la firma Cruz Verde, respectivamente, fueron en el mismo sentido: “La idea es hacer una entrevista telefónica, con el apoyo de los médicos para detectar si es necesaria la atención domiciliaria o se puede evitar. En caso de ser necesaria hay una ambulancia y personal específico con las medidas de bioseguridad para actuar. Vamos en los casos necesarios”, aclararon, reconociendo que en un primer momento se encontraron con algo de ocultamiento a la hora de entrevistar a un paciente.

Al ser consultados sobre por qué creen que la gente actúa de esta forma, respondieron que muchas veces lo hacen ante el temor de no ser atendidos.

“El miedo a no ser asistidos generó que muchas veces no hayan dado datos completos. Nosotros tenemos que cubrir al personal que sale a los domicilios y por eso necesitamos saber, no solo para su bienestar, sino para no enfermarnos nosotros”, manifestó Marino.

“Se oculta ante la necesidad de ser atendido, piensan que no los atenderemos si son concretos. Preguntar es necesario para nosotros, si no sabemos que viajó, que tuvo contacto directo o indirecto con un viajero, vamos a ir atenderlo sin alguna protección. Eso implica tener un miembro aislado y por ende aislar a los que tuvieron contacto cuando este llegó a la base operativa nuestra. Así nos vamos a quedar sin personal en pocos días”, analizó Lahournere en un pedido imperioso de conciencia hacia la comunidad.

“Tratamos de indagar un poco más sobre los síntomas que tienen las personas. Si son respiratorios: hay tos, dificultad para respirar; fiebre, cefalea o dolor de garganta que es la sintomatología del coronavirus, y si hubo contacto con gente que viajó o si ellos mismos viajaron”, recalcó Di Monte.

Nueva pandemia, nuevo desafío

La comunidad médica de San Francisco vive el momento actual con mucho cuidado debido a que se trata de un nuevo virus que, por la cantidad de muertos que ya dejó en el mundo, merece mucho respeto.

Para Lahournere, el servicio prehospitalario es uno de los eslabones fundamentales ante este escenario: “Nacimos haciendo emergencias médicas, salvando vidas y a medida que fue pasando el tiempo nos transformamos en un servicio de consulta médica que atiende además situaciones de emergencia y urgencias. Esto implica hoy que las consultas recibidas hayan trepado exponencialmente siendo nosotros la primera barrera en el diagnóstico de esta nueva patología”, sostuvo.

Aseguró que el miedo genera mucha incertidumbre en la gente y puntualmente sobre los médicos mucha precaución: “Es algo desconocido, una pandemia que no conocemos. Si sabemos los síntomas, pero hay algo de miedo en el personal de salud que es fundamental ante esta pandemia”, consideró Lahournere.

En sintonía, Marino señaló: “Para los que hace años trabajamos en salud es algo nuevo. si bien ya padecimos las gripes y las distintas influenzas, el coronavirus es un enemigo invisible y hay que tener cuidados. Algo de temor nos da”.

Asimismo, ambos lugares funcionan como vacunatorios, lo que implica el acercamiento de la comunidad. En este sentido pidieron que previo a concurrir, tanto para colocarse una vacuna u otra cuestión, se llame por teléfono en vistas a organizarse.

“Que la gente no se enoje y entienda lo que está pasando. Lo fundamental y necesario es el aislamiento social, que el virus no circule. Y para eso no hay que esperar diagnósticos confirmados o muertes, sino que es ahora; si frenamos la circulación vamos a ver los beneficios”, afirmó Lahournere.