Semana Santa se convirtió en una excelente excusa para comer pescado, sobre todo en aquellos que les gusta este tipo de carne pero que no son habitué de las pescaderías. Entonces, haciendo honor a la tradición de evitar comer carnes rojas el Viernes Santo, día en que se recuerda la muerte de Jesús, lo incorporan en el menú.

Sin embargo, este 2024 llegó con importantes aumentos en el precio del pescado, como ocurrió con las carnes rojas y el pollo.

Las pescaderías ofrecen un amplio stock de productos y a variados precios. Según un relevamiento por locales de venta de pescados, sus propietarios reconocen un incremento interanual de entre el 250 y 300 por ciento. También una disminución en las ventas cercana al 40 por ciento.

Para diferentes gustos

Por ejemplo, la merluza que es uno de los pescados tradicionales y se suele llevar en filet, cuesta por kilo entre 5800 y 6200 pesos.

Otro pescado que se comercializa muy bien es el filet de atún, cuyo costo por kilo se encuentra entre los 6000 y 6500 pesos.

Dentro de los elaborados se encuentran las milanesas de merluza que también cuesta unos 6000 pesos el kilo, y las hamburguesas que superan los 3000 pesos. En muchos locales vende además las empanadas de pescado congeladas, listas para freír o poner al horno: la docena puede costar 6000 pesos.

Recomendaciones a la hora de comprar y comercializar pescado

En el marco del aumento del consumo de pescado que suele ser habitual en Semana Santa, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) dio a conocer distintas recomendaciones que se deben tener en cuenta a la hora de comprar, transportar y comercializar este tipo de productos:

-Recurrir a negocios habilitados por la autoridad competente.

-Los comercios deben mantener las temperaturas de cámaras y freezers dentro de los niveles exigidos.

-Es muy importante que los pescados y mariscos en exposición y en estado fresco cuenten con abundante hielo en escamas.

-Las latas de conserva de productos pesqueros, al igual que otros enlatados, no deben presentar abolladuras, ni estar hinchadas, ni oxidadas. Tener también en cuenta los rótulos, procedencia y fecha de vencimiento.

-Verificar que los camarones y langostinos no presenten manchas negras u olor desagradable, ya que son signos de deterioro.