Reparar o demoler. Durante años ese fue el quid de la cuestión en torno al viejo edificio del Hospital J.B. Iturraspe de San Francisco. Para algunos era un lugar que merecía ser conservado y tener el rango de monumento histórico, para otros daba mal aspecto y era inviable económicamente restaurarlo.

Por supuesto que no fue el único sector que se demolió ya que en diferentes años se fueron remodelando o tirando abajo partes de la construcción original. De acuerdo al registro del Archivo Gráfico y Museo de San Francisco comenzó a construirse en 1913, aunque se inauguró en 1916.

Todo lo que estaba sobre el lateral de Ituzaingó hasta Dominga Cullen representaba el último bastión de la idea original de este lugar, no obstante, de eso ya no queda nada porque en enero se decidió finalmente su destino.

La semana pasada el gigante desapareció. Sucedió repentinamente y casi en silencio bajo la atenta mirada de los vecinos del sector que documentaron ese hecho. “Se fue”, dijo una residente de las adyacencias cuando El Periódico tomó registros de los últimos vestigios del lugar.

Su opinión era compartida por la de otros residentes que miraron asombrados cómo trabajaban los obreros. Había un clima de tranquilidad y seguridad en que se hizo lo correcto y que los reclamos hechos durante largos años al fin habían sido escuchados.

Esa habitación fue la última en ser demolida.
Esa habitación fue la última en ser demolida.

Estancados

En 2011 el Gobierno de la Provincia de Córdoba había encarado un proyecto de remodelación de los establecimientos sanitarios, entre ellos el Iturraspe. De nuevo el debate se dividió entre quienes apostaban por la restauración y los que buscaban que se demoliera.

Por aquellos años se envió una carta al ex intendente Martín Llaryora por parte de la Asociación Civil Giovani Piemontesi in Argentina (Agipa), que junto con distintos vecinos se opusieron fervientemente a la demolición. El fundamento era que precisamente se consideraba como patrimonio histórico y arquitectónico.

Quien era presidenta del Concejo Deliberante, Graciela Brarda, había dicho que apoyarían "lo que decidiera el entonces director del Hospital, Mario Vignolo”, y que cualquiera fuera el camino debía ser consensuado.

La carta enviada en 2011 al ex intendente Martín Llaryora pidiendo la no demolición del viejo Hospital. (Facebook)
La carta enviada en 2011 al ex intendente Martín Llaryora pidiendo la no demolición del viejo Hospital. (Facebook)

Todo sucedió en enero

El problema en todo momento fue el mismo sobre si corría o no peligro de derrumbe y si soportaría en todo caso una obra de gran envergadura para su restauración.

Tras juntar firmas y los pedidos de apoyo para su conservación en enero de 2011 no se siguió adelante con ningún proyecto, se lo mantuvo allí firme hasta ahora. 

Reparar o demoler. En 2024 las autoridades se enfrentaron a la misma cuestión y se decidió derrumbarlo y por ahora solo estará allí el espacio vacío. Lo hicieron porque este año el peligro de derrumbe era certero y determinante.

La capilla permanece intacta y ahora sin el edificio se pueden apreciar las ventanas de los costados.
La capilla permanece intacta y ahora sin el edificio se pueden apreciar las ventanas de los costados.

¿Y la capilla?

El caso de la capilla Inmaculada Concepción, ubicada dentro del predio del Hospital es diferente. Si bien exhibe deterioro y necesita reparaciones tiene estatus de patrimonio histórico municipal y provincial. Esa categoría nunca le fue otorgada al edificio caído.

Durante muchos años la iglesia estuvo a cargo de las religiosas de la Inmaculada Concepción, un grupo de monjas que trabajaban en el hospital y en el hogar de ancianos.

Cuando terminaron las obras para demoler parte del viejo hospital se les avisó a las religiosas que desafecten la capilla porque en tres días se iba a tirar abajo. Sin embargo, la madre Concepción, una monja española que en esa época prestaba servicios en la ciudad, se opuso rotundamente y congregó a un grupo gente de la comunidad para formar la Comisión de Mantenimiento.

El día que estaba prevista la demolición, la madre Concepción juntó un grupo de personas y algunos médicos del hospital con los que se puso al frente de la obra y les dijo a los trabajadores: “Primero me matan a mí, pero acá no se va a entrar a demoler”.

De esta manera, el edificio de la Iglesia fue salvado y cumplió su centenario. Después de eso fue declarada como patrimonio histórico.

Vista aérea del viejo Hospital Iturraspe (AGM).
Vista aérea del viejo Hospital Iturraspe (AGM).

Con información del AGM