San Francisco marchó para mantener firme la memoria y repudió la presencia de un genocida
En el recorrido, la movilización frenó al frente del complejo de departamentos donde vive el represor condenado Jorge Balla. El comunicado que leyeron en el monumento “Nunca más” apuntó a los que avalan la teoría de “los dos demonios”.
Luego de dos años de pandemia, la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de San Francisco llevó adelante la marcha a 46 años del último golpe cívico militar que sufrió nuestro a manos de la Junta Miliar Argentina.
Como estaba previsto, la movilización partió desde la Plaza Cívica, recorriendo el centro de la ciudad y deteniéndose frente del complejo de departamentos donde se aloja el represor Jorge Balla, con el fin de recordarle a la sociedad que desde hace un año reside un exsargento condenado a prisión perpetua por genocidios en San Francisco, quien goza de la prisión domiciliaria.
Luego, los manifestantes se dirigieron al monumento a la “Memoria” ubicado en Av. Cervantes, donde se desarrolló el acto con momentos de mucha emoción al recordar a los 35 desaparecidos de San Francisco y zona.
Tras manifestaciones artísticas, los integrantes de la Comisión leyeron un comunicado donde remarcaron que “el 24 de marzo es la fecha que marca el quiebre más profundo en la historia reciente de nuestro país”.
Además, indicaron: “Es único y especial, éste que nos toca transcurrir hoy lo es de manera trascendente, ya que es éste el día en el que nos volvemos a encontrar en las calles, las plazas, los parques, lugares que logramos hacer propios por prepotencia de reclamo de Memoria, Verdad y Justicia y en los que nos reunimos para reclamar, festejar, celebrar o conmemorar de la única manera que conocemos: en comunidad”.
“Nos encontramos en comunidad de cuerpos, que fue lo primero que atacaron los verdugos militares en el ‘76 a través del secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición, respondiendo a los intereses corporativos nacionales e internacionales que los utilizaron para imponer un régimen de terror”, agregaron.
Luego, desde la comisión manifestaron: “Nos encontramos en comunidad de historias que recuerdan a cada uno de los 30.000 ausentes y a los muertos y desaparecidos en democracia, víctimas de la violencia oficial. Nombres como los de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Jorge Julio López y tantos otros, que se suman a la larga lista de los que no están por creer que otra historia es posible. Quienes sostuvieron el sistema represivo son los que ahora niegan su existencia, o hablan de guerra o de dos demonios. Son los que hablan de 9.000, del curro de la militancia, de una supuesta apropiación política de los Derechos Humanos, como si hubiera otra interpretación posible de los mismos. Son los que llegan al Parlamento en representación del voto popular reivindicado el más salvaje genocidio que nuestro país ha padecido desde su independencia”.
En la manifestación estuvieron presentes además el intendente Damián Bernarte (junto a varios secretarios y funcionarios municipales) y los concejales Andrés Romero (Frente de Todos) y Cristian Canalis (UCR), entre otras autoridades.
Jorge Balla, el represor que vive en San Francisco
En el comunicado, también se refirieron al ex sargento condenado a prisión perpetua, Jorge Balla, quien reside en un departamento de San Francisco desde hace un año, pese al juicio por desalojo que está en marcha.
“Esperanza en que los culpables cumplan sus condenas en cárcel común, para que no se repitan casos como el de Jorge Balla, represor condenado por crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Santa Fe, beneficiario de la prisión domiciliaria y que se encuentra hoy en San Francisco, por haber violado tal privilegio, y favorecido por un poder judicial cómplice.
“A cuarenta años de la Guerra criminal de Malvinas asistimos a un nuevo capítulo de esa saga de violencia irracional en la cual los muertos son siempre los mismos. Esperanza de que se recuperen los sitios de Memoria en la Provincia de Córdoba. Esperanza en que se sigan desarrollando los Juicios por Crímenes de Lesa Humanidad, los cuales se pudieron sostener incluso en un entorno de virtualidad, con la apertura de nuevas megacausas, y que se investiguen las responsabilidades civiles, eclesiásticas, judiciales y mediáticas del genocidio”, sostuvieron.
