Antiguamente los holandeses bebían vino, los daneses y los lituanos, cerveza, y en general se comía mucha carne cruda o mal cocinada, según explica en la revista de divulgación Plos One un equipo de científicos tras analizar restos de heces de hace siglos encontrados en letrinas excavadas.

El equipo de Martin Søe, de la Universidad de Copenhague, analizó, entre otras cosas, la herencia genética de los huevos de parásitos encontrados en los restos de excrementos. Así dedujeron la dieta y el ganado que tenían en el norte de Europa y en Oriente Próximo los humanos entre el año 500 a.C. y el 1.700 d.C.

Con la secuenciación del ADN se pueden obtener mejores resultados que con el análisis microscópico, que se realizaba normalmente hasta ahora, explican los científicos, que estudiaron viejas letrinas en Baréin, Jordania, Dinamarca, Países Bajos y Lituania. En ellas encontraron numerosos parásitos, entre ellos, lombrices intestinales y tricocéfalos, ambos parásitos que afectan a los humanos.

Algunos de los parásitos identificados se transmiten de persona en persona, mientras que otros lo hacen a través de huéspedes intermediarios animales, como cerdos o peces. Los investigadores dedujeron de los análisis que en el menú en el norte de Europa era común el pescado y la carne de cerdo casi cruda. Los análisis de los huevos de los parásitos también señalan que se criaban ovejas, caballos, perros y cerdos o que al menos estos animales vivían cerca de las personas.

Además de huevos, los investigadores analizaron ADN vegetal y animal en los restos. Esto también ayudó a deducir cuáles eran los hábitos de caza y alimentación de las personas.

Fuente: AP