Por segundo año consecutivo, este año volvió a comenzar, de la mano de los profesores Adriana Vaglienti y Claudio Almada, un taller de tango en las instalaciones de la Universidad Tecnológica Nacional, facultad regional San Francisco.

Se trata de un espacio dirigido a personas de ambos sexos, y sin límites de edad, que es propicio no sólo para aprender sino también para relacionarse con otras personas y distenderse.

Así lo entiende Vaglienti, que asegura que al espacio los interesados llegan buscando satisfacer varias demandas. “La gente viene a buscar un lugar donde disfrutar y aprender, todo le da placer. Hacemos muchos ejercicios de tango previamente a bailar y todos salen bailando, la gente enseguida aprende”, asegura.

Beneficios

En cuanto a los beneficios de la actividad, la docente a cargo aseguró que el tango milonguero puede bailarlo cualquier persona con las limitaciones que tenga, a diferencia del tango coreográfico que a su forma de pensar requiere ser un buen bailarín.

Así, la mujer enumeró diez razones para milonguear: “El tango mejora la calidad y la cantidad de años vividos; le regala alegría al corazón; la virtud del tango es única, da felicidad; no demanda esfuerzo y produce un cansancio grato; es una nueva forma de asomarse a la vida; es la verdadera fuente de la eterna juventud; bailando se encuentra placer y entretenimiento; incluye el control de peso; permite intercambiar amistad, afecto y generosidad; y no existe edad, peso ni contextura física determinada para practicar tango”, detalló.

Para todas las edades

Vaglienti destacó que la actividad es flexible con la edad. “Hay un matrimonio de más de 70 años que van al tango como un momento de disfrutar de lo que hacían cuando eran jóvenes. Les encanta bailar y bailan hermoso”, contó.

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Por su parte, resaltó: “También está Giovanna, que tiene 16 años, y que empezó porque lo vio en televisión y le gustó. Y cuando yo le dije que este era tango milonguero, que no era coreográfico, que era otra propuesta, se enamoró y sigue bailando tango y es una de nuestra excelentes bailarinas. Es muy valioso. Y este año entró Paulina de 14 años y está feliz bailando tango. Es una magia subirte a los tacos y bailar”.

Entre viajes y capacitaciones

El taller no solo se circunscribe a las paredes del aula, sino que tanto alumnos como docentes viajan a participar de encuentros y capacitaciones.

Así, por ejemplo, han viajado a Buenos Aires el año pasado en el contexto del Mundial de Tango. “Tomamos clases con los grandes maestros del tango. Fue una maravilla, había gente que no había visto nunca los que es una milonga. Fuimos 15 personas, fue hermoso”, opinó.

Asimismo, citando lo más reciente, el domingo pasado viajaron a un seminario de capacitación de vals en Córdoba.